Cuando Iker Jiménez decidió informar sobre la DANA de Valencia trasladándose hasta allí para, también colaborar en primera persona, poco podía imaginarse lo que iba a ocurrir. Tras pasar los primeros días en zonas afectadas, medios de cadenas como La Sexta lo acusaron de difundir bulos, poniendo como ejemplo que el creador de 'Horizonte' y 'Cuarto Milenio' hacía referencia a la gran cantidad de cadáveres que -supuestamente- estaban atrapados en el parking del centro comercial de Bonaire, en Aldaia. Días más tarde, las instituciones informaron de que no se habían hallado muertos.

En aquel momento, Jiménez explicó que había consultado varias fuentes y que todas habían afirmado que se encontrarían cadáveres, dado que en dicho parking se estimaba que habría unos 700 vehículos atrapados, por lo que resultaba previsible que hubiera víctimas.

Entonces, Iker Jiménez se convirtió en El Objetivo de Antonio Ferreras o del Gran Wyoming. Por cierto, que en el programa del primero se había comentado la misma información que, en el caso de Jiménez, calificaron de bulo

Lejos de achantarse el presentador de Mediaset -cadena que no se ha pronunciado ante la campaña mediática contra su empleado, para quien pide que que se cancele la publicidad en su programa- afirma que planteará batalla:

Es más, Jiménez envía un aviso para navegantes, para aquellas "estrellas radiofónicas" y todos estos presentadores que le han dedicado programas, señalándolo como difusor de esos bulos. Por ejemplo, Miguel Ángel Campos (Cadena SER y La Sexta), Ángelica Rubio (directora de El Plural y nueva consejera de RTVE), El Gran Wyoming ( el que no encuentra piso para alquilar en Madrid: "Nada por aquí, nada por allá, absolutamente nada para alquilar"... ¿Y si te 'autoalquilas' alguno de tus 19 inmuebles? le proponemos desde Hispanidad) o Héctor de Miguel (humorista de la SER y quien deseaba: "llenar de dinamita la cruz del Valle de los Caídos. Y volarla por los aires”, comenzó. “Si puede ser un domingo, mejor, para que vaya más gente". 

Atención también al reportaje de La Razón, dirigido por Francisco Marhuenda, sobre la vida (también personal) y negocios del matrimonio Iker Jiménez y Carmen Porter. 

La Razón

Así las cosas, Iker Jiménez ha pasado el ataque después de pedir disculpas: "Me creí Robin Hood y no lo soy", así como por la situación que protagonizó uno de sus colaboradores, mientras narraba la tragedia de la DANA. 

Dicho todo esto, atendamos a la reflexión del propio Jiménez, "Yo ya molestaba de antes, en este caso por llegar al sitio donde no se podía llegar, pues qué queréis que haga, haber llegado a vosotros". ¿Y por qué molestaba de antes? Sencillo, por atacar los dictados del Nuevo Orden Mundial, cuestionando por ejemplo, la perspectiva sobre el cambio climático que se ofrece en muchos medios, si existe relación entre delincuencia ilegal y criminalidad, las consecuencias de la vacuna del coronavirus. Basta repasar brevemente intervenciones de algunos colaboradores como Álex N. Lachein Naturalista y Divulgador Medio-Ambiental.

Rubén Pulido, sobre si existe relación entre inmigración ilegal y delincuencia:

El Coronel Pedro Baños, planteando preguntas incómodas sobre el Coronavirus, (VER MINUTO 3:30 DEL VÍDEO). 

Digamos que no ser un periodista políticamente correcto le está costando al creador de 'Horizonte' y 'Cuarto Milenio' toda una campaña mediática en contra. Y, encima, le da por defender a compañeros como Vito Quiles, ninguneado constantemente en el Congreso, por el portavoz socialista, Patxi López, el ministro de Transportes, Óscar Puente o el mismísimo Íñigo Errejón (feminista pero no tanto)...

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Lo curioso del periodismo actual es que conmina un servilismo ante el poder con una notable e interminable presunción. Un servilismo asumido por una generación de periodistas en los que la seguridad en el trabajo importa más, mucho más, que la libertad. Y, parece que Iker Jiménez no está dentro de este perfil.

Los cazabulos del Sanchismo practican el viejo adagio del que fuera presidente del Parlamento europeo: Enrique Barón: "Se puede decir de todo pero hay cosas que no se pueden decir" y que hoy podríamos traducir así: el que se atreve a criticarme no es más que un hacedor  bulos, previsiblemente un ultra.