Comenzamos esta crónica semanal sobre cristianos perseguidos en China, donde la dictadura comunista continúa con su persecución a los cristianos.

El pasado 27 de diciembre, monseñor Pietro Shao Zhumin, obispo de Wenzhou, celebró una misa para abrir el Año Santo a la que asistieron unos 200 católicos, recogió Infocatólica.

Las autoridades comunistas vigilan las iglesias e impiden entrar a niños y adolescentes y tampoco permiten que los sacerdotes celebren la misa. Por ello, esa celebración violó el artículo 71 de las Normas sobre Asuntos Religiosos, por lo que incurrió en «un delito grave». Y por esa razón, el obispo Shao Zhumin fue arrestado y su paradero es desconocido.

Monseñor Pietro Shao Zhumin se negó a formar parte de la iglesia controlada por el Partido Comunista Chino, la iglesia ‘patriótica’, y, por lo tanto, no es reconocido por las autoridades.

Cristianos perseguidos en la India (Foto cedida por ACN)

(Cristianos perseguidos en la India, foto de ACN)

También en Asia, concretamente en la India, se persigue a los cristianos. En el estado de Arunachal Pradesh, los gobernantes quieren revivir una estricta ley anticonversión que data de hace 40 años y que, a juicio de los fieles, podría servir para perseguirlos y victimizarlos, recoge Infocatólica.

Por esa razón, unos 50.000 creyentes en Cristo se manifestaron contra esa ley. Tara Miri, presidente del Foro Cristiano de Arunachal (ACF), declaró: «Nos oponemos a la Ley de Libertad de Religión de Arunachal Pradesh de 1978 porque restringe nuestros derechos religiosos».

Esta nueva normativa prohíbe la conversión religiosa «mediante el uso de la fuerza, incentivos o medios fraudulentos». Además, contempla sanciones de hasta dos años de cárcel o multas económicas para quienes sean condenados.

Daniel Ortega llama “dictadura perfecta” a la iglesia... después de secuestrar a obispos y sacerdotes, expulsar a las Misioneras de la Caridad, cerrar radios católicas…

(El dictador nicaragüense, Daniel Ortega)

Nuestro siguiente destino es Nicaragua, donde los nicaragüenses vienen padeciendo una dictadura, la de Daniel Ortega desde que este se hiciese con el poder, en enero de 2007 (aunque anteriormente presidió un mandato presidencial entre 1985 y 1990).

El sandinista, lejos de apaciguarse con los años, se ha vuelto cada vez más dictador. Y ha endurecido la represión, sobre todo tras las protestas ciudadanas de 2018 contra las reformas a las pensiones, el aumento del costo de vida, la censura, la represión y la corrupción. Y una de las instituciones que persigue con más saña es la Iglesia católica, pues ésta fue una de las que más alzó voz contra esa represión y Ortega sabe perfectamente que predica libertad y dignidad humanas, ambas pisoteadas por él.

Es lo que les ha ocurrido a Adriana (nombre ficticio) y a su esposo, católicos que colaboran en una parroquia en la capital, Managua. Educaron a sus hijos en la fe cristiana y participaron en las protestas de 2018, por lo que sufrieron persecución, cuenta Puertas Abiertas.

Por ejemplo, toda la familia empezó a ser vigilada por los agentes de la dictadura y sufrieron dificultades para tramitar la educación de sus hijos.

Como consecuencia de ello, Adriana padeció problemas de salud en el corazón. “Muchos pastores están sufriendo; algunos no pueden dormir, llenos de ansiedad y miedo. No saben si mañana serán ellos quienes perderán lo que tienen: iglesias, tierras o incluso cuentas bancarias”, afirma ella. Pero añade: “Nuestra esperanza es permanecer firmes hasta el final, no inclinarnos ni arrodillarnos ante ningún sistema gubernamental que vaya en contra de las leyes y principios del Reino de Dios”.

Urgen oraciones por los cristianos perseguidos por su fe en Cristo.