En rueda de prensa, el secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Mons. Francisco César García Magán, se ha referido hoy a las negociaciones de la Iglesia con el Gobierno sobre la 'resignificación' del Valle de los Caídos.

El portavoz de la CCE se ha remontado a las negociaciones entre la Santa Sede y el Gobierno, iniciadas el pasado 11 de octubre, con la visita de Pedro Sánchez al Papa Francisco y al cardenal Parolin, donde "se planteó la resignificación del Valle en el contexto de la Ley de Memoria Democrática”.

"El planteamiento del Gobierno, inicialmente, era la salida de la Comunidad benedictina y la desacralizacion de la Basílica". "También estaba el tema -aunque estrictamente no fue propuesta del Gobierno- de la destrucción de la Cruz”, ha señalado García Magán. 

Mons. García Magán ha enfatizado que “está acordado" que la comunidad benedictina sigue en el valle y el mantenimiento del culto en la basílica... pero profanada con la inquietante "resignificación" y manteniendo el repugnante manoseo de restos humanos

Pero, ha proseguido, "el planteamiento que trasladó la iglesia -el cardenal Parolin, la Santa Sede, estableció que fuera el cardenal Cobo el interlocutor- fue: primero, la conservación de la Basílica y el mantenimiento del culto católico en el lugar, como lugar de oración por La Paz, la reconciliación, por todos los caídos en la nefasta guerra civil española. Segundo, la presencia de una comunidad monástica en el lugar, para la atención de la Basílica. Y tercero, que la Cruz no se puede destruir puesto que es una expresión del amor, de la entrega, del perdón, por parte de Jesucristo. En este momento, lo único definitivamente acordado es -y esto se ha sabido porque ha sido el Gobierno el que ha filtrado este proceso de diálogo-, que, de ese planteamiento inicial que pedía la salida de la comunidad benedictina, está acordado que la comunidad benedictina sigue en el valle. Segundo: el mantenimiento de la basílica como espacio sagrado destinado al culto; y tercero, el respeto a todos los elementos religiosos situados fuera de la basílica, también. Ahora bien: el Gobierno habla de resignificación y todavía no se conocen los extremos de esa resignificación ni los plazos de tiempo y lugar". 

Preguntado por si se ha abordado en la plenaria las negociaciones sobre el Valle de los Caídos por parte de la Santa Sede y del cardenal Cobo y si se les ha respaldado, García Magán ha respondido: "Se ha informado a los obispos. Y ha habido un refrendo total y unánime, sin ninguna voz discrepante, a la tarea que se ha hecho hasta ahora", "se está en plena comunicación con la Santa Sede y por supuesto a la acción que ha llevado adelante el presidente de la CCEE con el vicepresidente y actualmente el cardenal Cobo de Madrid y el nuncio apostólico. Y en ese proceso, los monjes han participado. Y el cardenal Cobo, según nos ha informado, se ha entrevistado varias veces con ellos" y "han refrendado". Otra falsedad.

En cuanto a las concentraciones que se han producido recientemente delante de la sede de la CEE, García Magán ha señalado: "Vimos una realidad muy heterogénea: gente que vino a hablar, a escuchar, y otros que vinieron a gritar, a insultar, algunos en actitud violenta, y con algunas calumnias e injurias que se pronunciaron contra los obispos". Y en la manifestación de ayer "hubo gente que rezaba el Rosario, que insultaba a los obispos y leía un manifiesto", con pertenencias "intraeclesiales y extraeclesiales". Vale, ¿y qué?

En resumen, unas declaraciones hechas en defensa de la actuación de José Cobo, cardenal-arzobispo de Madrid. Ahora bien, ni una palabra sobre el hecho de que, a la profanación de un cementerio católico se añadirá ahora la consolidación de la profanación de una basílica católica. Asusta pensar en la dirección que ahora tomará el Gobierno de Sánchez con su "resignificación' de Cuelgamuros. Es decir, un enaltecimiento de la mayor persecución contra la Iglesia de toda la historia; la sufrida por los católicos durante la II República y la Guerra Civil.

El secretario de la Conferencia Episcopal, García Magán, ha enfatizado que “está acordado" que la comunidad benedictina siga en el Valle y el mantenimiento del culto en la basílica... pero, miren por dónde, con una basílica profanada con la inquietante "resignificación", del Sanchismo, el gobierno más cristófobo de los últimos 90 años, y manteniendo el repugnante manoseo de restos humanos en un camposanto católico.

¡Ah!, y de postre, se ha cesado al valiente prior del Valle, Santiago Cantera, el monje que hizo frente a la profanación sanchista. Todo un éxito. De José Cobo, digo, porque se ha encargado, ante las críticas recibidas por los fieles de que todos sus compañeros de Episcopado le apoyen, por unanimidad búlgara, que no se sabe si hablamos de solidaridad o de co-responsabilidad.

Todo muy lamentable y una brecha que se abre entre la jerarquía y, al menos, buena parte de la feligresía, en medio de una serie de medias verdades. Les resumo de nuevo: La Conferencia Episcopal española se aleja de los fieles, no sé si de muchos o de pocos. Porque fieles católicos de izquierda y de derecha franquistas y demócratas de toda la vida, han vivido el Valle como lo que es: un lugar de concordia en Cristo, de gente que antes estuvo enfrentada y un poco de evangelización ... con una ameanza cierta y próxima de ser profanado. Sin embargo, resulta que todos los obispos, dice el secretaio de la conferencia episcopal, García Magán, refrendan de manera “total y unánime, sin ninguna voz discrepante” las negociaciones del cardenal-arzobispo de Madrid, José Cobo, con el Gobierno acerca del Valle de los Caídos. Pues qué bien. Esto significa algo muy sencillo: La Conferencia Episcopal avala, con su omisión y su aplauso al negociador, la profanación de la Basílica del Valle de los Caídos. Dice Blanco Magán que, al menos, se ha salvado la cruz más grande del mundo. Claro, porque les era imposible destruirla sin destruir todo el Valle. 

Esto no ha hecho nada más que empezar.