Los creadores de Google Serguéi Brin y Larry Page (primero y segundo en la imagen de la izquierda), así como el actual CEO de Alphabet, Sundar Pichai, se han convertido en el verdugo de la prensa occidental
La esperanza contra el censor Google no está en Donald Trump sino en su vicepresidente, James David Vance. Es el vice, no el presi, quien advirtió que Google posee un control monopolístico de la información, en todo el mundo, a todos los niveles y con una intención progre-woke evidente.
Vance, no Trump, es quien está dispuesto a mantener la política anti-monopolística del buscador de Alphabet, el gran enemigo de la prensa libre del siglo XXI, de la que es parásito, ladrón y censor. Aquí sólo se lee lo que Google permite que se lea, aquí sólo se sabe lo que Google quiere que se sepa.
Vance, no Trump, es quien está dispuesto a mantener la política anti-monopolística del buscador de Alphabet, el gran enemigo de la prensa libre del siglo XXI, de la que es parásito, ladrón y censor
Los creadores de Google, Larry Page y Serguéi Brin, así como el actual CEO de Alphabet, Sundar Pichai, se han convertido en el verdugo de la prensa occidental.
Pero lo importante es que el monopolio de Alphabet ha creado un mundo en el que leemos aquello que Google quiere que leamos, y lo que Google censura, siempre según los criterios-woke del Nuevo Orden Mundial (NOM) pues no lo podemos leer salvo con un titánico esfuerzo de búsqueda o con un seguimiento paralelo y muy exhaustivo de aquellas páginas, artículos, opiniones y cosmovisiones que Google censura.
Recuerden que en una información informativamente saturada no se censura con el lápiz rojo tachador: se censura con un buscador monopolístico que ha impuesto lo predicho: no se lee lo que Google no quiere que se lea y no se sabe lo que Google no quiere que se sepa, no tachándolo, sino colocando los mensajes incómodos, particularmente los de ideario cristiano, no en la pantalla primera de resultados de una búsqueda sino a partir de la sexta, a la que muy pocos llegan. Google es el censor global.
Pues bien, antes ha sido el vicepresidente JD Vance quien se ha atrevido a decir que Google es un monopolio mundial de la información y que hay que acabar con ese monopolio abusón. En esto, si se dan cuenta, sigue el camino de Joe Biden pero me temo que no es el camino de su jefe directo, Donald Trump. Con tal de hacer grande a América, y con tal de que las ‘siete magníficas’ (Tesla, Apple, Microsoft, Meta-Facebook, Amazon, Alphabet-Google y Nvidia) no le pongan zancadillas durante su Presidencia, como ya hicieran durante su primer mandato, al menos las seis primeras, Trump les defenderá y les ayudará a mantener su posición de dominio, en Estados Unidos y en Europa, frente a las autoridades de libre competencia, a ambos lados del Atlántico. Las siete magníficas -aún tengo esperanza en la evolución ideológica de Elon Musk pero sólo es una esperanza- no tildarán a Trump de populista conservador, enemigo del derecho al aborto y al gaymonio, así como de todas la majaderías, barbaridades o salvajadas que de ambos fenómenos se derivan, y que poco a poco, confluyen, todos ellos, en la abolición del hombre.
Lo curioso es que ha sido el abortero Biden quien, no por defender la vida del no nacido, precisamente, sino porque todavía creen en la igualdad de oportunidades que el monopolio destruye, lo mejor, quizás lo único bueno, que ha hecho Yayoyou durante su mandato ha sido lanzar a la Fiscalía contra el monopolio descarado y sinvergüenza de algunas tecnológicas, en especial de Google. Ahora Vance coincide con él en que hay que acabar con el imperio tiránico de Google sobre la información, que es la clave de la libertad y, añade Vance, que no Biden, Google representa, además, un horror progresista que hay que parar a cualquier precio. Veremos si en Trump pueden más sus intereses que sus principios. Sus principios cristianos deberían llevarle a pararle los pies a un Google y a un Facebook (ahora multado por Bruselas) que son vulgares defensores del mal llamado derecho al aborto y del mal llamado matrimonio igualitario.
En todo el mundo, sólo se lee lo que Google permite que se lea, aquí sólo se sabe lo que Google quiere que se sepa
Esperemos que no le puedan sus intereses políticos para mantener su segunda y última legislatura en paz. Recuerden que las siete magníficas, especialmente Google y Facebook, así como Jeff Bezos, el hombre de Amazon y dueño del Washington Post, el mismo que pretende satanizar a los niños, le hicieron la vida imposible a Trump durante su primera legislatura.
Por aquel entonces Trump llegó a amenazar con meter en la cárcel al dueño de Facebook, el sinuoso Mark Zuckerberg, por su descarada manipulación de opiniones y testimonios en favor del Partido Demócrata.
Ahora, Zuckerberg alaba la valentía de Trump en el primero de los atentados que sufriera durante la campaña electoral y ensalza la labor de Estado de quien antes tildaba de populista y le censuraba como el personaje políticamente incorrecto que era. Cosas veredes, amigo Sancho.
Confiemos en Vance para pararle los pies a Google.