El padre Lazar Aslam, sacerdote capuchino franciscano, lleva años sirviendo a los fieles de Pakistán (Foto: ACN)
En Pakistán, los cristianos son sólo una pequeña minoría en una sociedad predominantemente musulmana.
En ese país, los cristianos sufren, por ejemplo, siendo acusados falsamente de blasfemia contra el islam, lo que les genera no pocas persecuciones y grandes sufrimientos.
Pero pese a ello, los creyentes en Cristo siguen celebrando con fe su nacimiento cada Navidad.
Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) publica una entrevista con el padre Lazar Aslam, sacerdote capuchino franciscano que lleva años sirviendo a los fieles de Pakistán.
El padre Lazar Aslam dice a ACN: "A pesar de los desafíos, nos mantenemos firmes en nuestras creencias, tal como lo hicieron los primeros cristianos. Recordamos y honramos a mártires como Akash Bashir, que dio su vida para salvar a otros, y Shahbaz Bhatti, un valiente defensor de la libertad religiosa, que fue asesinado por su compromiso con la justicia y la protección de las minorías. Shahbaz Bhatti sigue inspirándonos, ya que fue un defensor de los oprimidos y voz incansable para los perseguidos por su fe. Nos recuerda que defender la verdad y el amor puede costarnos un gran precio. Sin embargo, es a través de tales sacrificios que verdaderamente encarnamos el espíritu de Cristo".
Y prosigue: "Aunque las restricciones externas pueden limitar las expresiones públicas de fe, nos reunimos en nuestros hogares e iglesias para reflexionar sobre el mensaje de la Natividad. Damos prioridad a la Eucaristía, ya que la celebración del nacimiento de Cristo nos recuerda que Dios está con nosotros. A través de la oración, los villancicos y los pequeños actos de bondad dentro de nuestra comunidad, mantenemos vivo el espíritu de la Navidad, viviendo la esperanza y la alegría que trae Jesús, a pesar de todos nuestros desafíos".
Y hace una petición a los cristianos del mundo: "A nuestros hermanos y hermanas en Cristo de todo el mundo, les pedimos que recuerden que la fe se fortalece, muchas veces, en los momentos más difíciles. Necesitamos sus oraciones y apoyo, y les recordamos que, aunque enfrentemos desafíos, seguimos siendo un solo cuerpo en Cristo. No den por sentada la libertad de vivir y expresar su fe. Que nuestra perseverancia les sirva de recordatorio del poder del amor de Dios, que nos sostiene en todo momento. Trabajemos juntos para promover la paz y el entendimiento, como dijeron los ángeles en el nacimiento de Jesús: «Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres".