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Es octubre, y el mundo entero, para bien o para mal, celebra el día 12. No podemos dejar de hablar de lo que subyace en nuestro acervo cultural: la hispanidad, el motivo por el cual todo gira en torno a esta fecha, debido a razones históricas que afectan a cientos de millones de personas en todo el mundo. Este es el tema que vamos a abordar, junto con sus consecuencias, hasta el día de hoy. Especialmente, tenemos la obligación moral de hacerlo tras la controvertida aparición de la nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, de la cual ya hemos hablado.
Todo comenzó el 12 de octubre de 1492, cuando el azar, la fuerza o la gracia de Dios permitieron el descubrimiento de América, uno de los eventos más significativos de la historia, que transformó profundamente la geografía, la economía, la política y la cultura mundial. Muchos, especialmente desde la izquierda, el progresismo, los movimientos indigenistas y otros que han adoptado la visión de la leyenda negra, afirman que no hay "nada que celebrar. Anatomía de la Leyenda Negra, de Alfredo Vílchez, desmonta las infamias de esta sucia leyenda en una reveladora exploración donde desentraña el origen y la evolución de las mentiras contra España, su Imperio y la Hispanidad. Y es que este acontecimiento del descubrimiento de América y la Hispanidad, merece ser comprendido en su verdadera magnitud, e intentaré ofrecer algunas reflexiones pedagógicamente hablando para aclarar su relevancia histórica.
En su obra La historia desconocida del descubrimiento de América, Luis Antequera expone de manera clara y didáctica las principales razones por las cuales el descubrimiento de América fue trascendental y cómo España desarrolló un vasto proyecto en Hispanoamérica. El descubrimiento de América conectó por primera vez a Europa con un continente hasta entonces desconocido, lo que propició un intercambio cultural, biológico y económico conocido como el "Intercambio Colombino". Este intercambio afectó al mundo entero, no sólo a la España de Isabel. Productos como el maíz, el cacao, el tomate y las patatas llegaron a Europa, mientras que el trigo, la caña de azúcar, los caballos y el ganado fueron introducidos en América.
Muchas fuerzas actuales, como la globalización y la hegemonía cultural anglosajona, intentan diluir la herencia hispana, y fenómenos como el racismo y la xenofobia en Estados Unidos marginan y amenazan su cultura
Además, el descubrimiento consolidó a España como la principal potencia global durante los siglos XVI y XVII. A través de su expansión en América, España creó un vasto imperio que abarcaba desde el suroeste de lo que hoy es Estados Unidos hasta el sur de Argentina y Chile. Si bien obtuvo grandes riquezas, especialmente en oro y plata de regiones como Perú y México, esas riquezas no fueron simplemente extraídas para España. La gran mayoría se destinaron a la creación de ciudades, universidades, iglesias y hospitales, contribuyendo a la expansión cultural y económica, tanto en América como a España misma.
La presencia española no fue sólo militar y económica, fue sobre todo cultural. Se difundieron el idioma y las costumbres españolas, y hoy el español es la lengua oficial en 20 países de Iberoamérica. España también promovió la conservación y el estudio de las lenguas indígenas, creando gramáticas específicas para los misioneros, por cierto, mucho antes de que los ingleses crearan su propia gramática. Asimismo, introdujo el cristianismo, influyendo en la forma de vida, las leyes y las estructuras sociales. Desde el principio, la corona española reconoció a los indígenas como súbditos con plenos derechos, lo que implicaba la integración de las diversas culturas bajo un mismo marco legal.
En Estados Unidos, donde se está viviendo una fuerte dominancia del español y los arraigos hispánicos, el racismo y la xenofobia generan actitudes que rechazan y marginan la cultura hispana, afectando a su reconocimiento y respeto
España también fundó numerosas ciudades que siguen siendo importantes hoy en día, como Ciudad de México, Lima, Bogotá y Buenos Aires, entre otras muchas. Los sistemas estructurales españoles, como los virreinatos y audiencias, sentaron las bases para los estados modernos en Hispanoamérica. Además, la expansión comercial impulsada por rutas como la Ruta de la Plata y el Galeón de Manila facilitó el comercio entre América, Europa y Asia, marcando el inicio de lo que hoy se conoce como la "primera globalización". El Real de a Ocho, la moneda de plata española, se convirtió en la primera divisa internacional, lo que consolidó a España en el epicentro del comercio mundial.
Podemos resumir que, el descubrimiento de América transformó no sólo la estructura política y económica del mundo, sino también la realidad cultural en ambos hemisferios, cuyas consecuencias aún son visibles en la lengua, religión, economía y organizaciones políticas de los países hispanoamericanos. Sin embargo, muchas fuerzas actuales, como la globalización y la hegemonía cultural anglosajona, intentan diluir la herencia hispana, y fenómenos como el racismo y la xenofobia en Estados Unidos marginan y amenazan su cultura.
En Estados Unidos, donde se está viviendo una fuerte dominancia del español y los arraigos hispánicos, el racismo y la xenofobia generan actitudes que rechazan y marginan la cultura hispana, afectando a su reconocimiento y respeto. Quizá, entre otras razones, es por lo que el uso del inglés como lengua franca global trata de imponerse frente al español -aunque ya hay más hispanohablantes que angloparlantes-, y se empeñan en llevar el uso del inglés hacia ámbitos como la ciencia, la tecnología o la política internacional, lo que monopoliza perversamente erosionando la cultura hispana en la transmisión de conocimientos y valores. La asimilación cultural, especialmente entre las nuevas generaciones que crecen en países donde la cultura hispana no es dominante, está llevando tristemente a la pérdida de la identidad hispana, incluyendo el idioma, las tradiciones y la conexión con sus raíces. En este sentido, a nadie se le escapa la imposición de contravalores y tradiciones de potencias coloniales que han afectado históricamente a la identidad cultural de muchos países hispanohablantes, en los que hay que incluir dramáticamente a España, que asume costumbres festivas de carácter religioso como Hallowen, diluyendo el Día de todos los Santos; o el Black Friday como referencia comercial mundial a las órdenes de Estados Unidos.
A pesar de estos desafíos, también hay movimientos que buscan revitalizar la cultura y el orgullo hispano. Obras como el ensayo de Alberto Gil Ibáñez, Sacro Imperio Romano Hispánico (SIRH), demuestran que la batalla por la preservación de la Hispanidad no está perdida. Como señala el mismo autor en un artículo suyo: «Un continente no es de nadie o es de todos, pero si América debe ser de alguien, sólo puede ser de aquellos que crearon las primeras universidades, colegios, hospitales y ciudades, y practicaron el mestizaje en el arte, la religión y la medicina, haciendo de América el centro comercial del mundo».