"Desmantelados tres pisos okupas que vendrían droga en Madrid encontrando varias armas de fuego en el registro", publica h50, el diario digital escrito y dirigido por profesionales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. 

La Policía Nacional ha desmantelado tres puntos de venta de droga en los distritos madrileños de Centro y San Blas, donde se ha detenido a 13 personas relacionadas. En la operación se intervinieron diferentes tipos de estupefacientes, armas de fuego y armas blancas, detallan.

Por desgracia, no es el primer caso en el que una casa okupada se convierte en una planta donde el okupa aprovecha el terreno para cultivar marihuana. Tenemos a Álvaro que denunciaba que su "casa okupada es una macroplantación de marihuana", en la propiedad hay 400 plantas de marihuana. O las 7.600 plantas, los 1.500 esquejes preparados para ser replantados y conseguir aumentar la plantación y los 250 gramos de hachís empaquetados y separados en bolsas listos para la venta que encontró la Policía en el desalojo de una masía okupada. O de una familia okupa que pidió auxilio a la policía porque el anterior okupa, que había sido detenido en una operación antidroga, quería recuperar la casa.

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También contamos el recibimiento del clan okupa que recibió con piedras y palos a la Guardia Civil, que acudió para acabar con los enganches ilegales de luz. Exactamente lo que denunció hace unos meses, José Bogas, CEO de Endesa, quien se pronunció sobre los apagones en Andalucía y subrayó que “no es un problema de red”, sino por los cultivos de droga, y que se necesita mano dura, como en otros países.

El penúltimo ejemplo lo vimos hace unos días, cuando se calcinó un centro de transformación de las Tres Mil Viviendas por sobrecarga... debido a plantaciones de marihuana.

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