Son dos niños de Picanya que van casa por casa, con un carro de la compra, repartiendo comida a quien lo necesita. Uno de ellos explica que de su edificio se ha inundado el garaje, mientras que la casa del otro está "hecha una basura". Se lamentan, "¡Es que, nos podrían haber avisado!" Dieron las alarmas cuando a la gente le llegaba el agua casi por el cuello. Aún así, no se les quita la sonrisa y al final del vídeo recuerdan "no os rindáis"