El CEO y la presidenta de Disney, Bob Chapek y Susan E. Arnold, respaldan la agenda LGTBQ+ y el revisionismo progre
La progre The Walt Disney Company sigue aumentando su agenda LGTBI en contenidos, y adoctrinando a niños (o más bien apostando por la “corrupción de menores”, como refiere el líder de Vox, Santiago Abascal). Y es que, tristemente, tiene bastante dinero para ello, porque ha disparado beneficio neto (+58%) e ingresos (+23%) en su último año fiscal. Ahora lo hace incluyendo el primer romance adolescente abiertamente homosexual en la película de dibujos animados Mundo extraño, como informa Religión en Libertad, algo que hace unos meses avanzó Aciprensa.
El gigante de ocio y entretenimiento hace tiempo que ya no hace contenidos inocentes, pues es un gran discípulo de los postulados del Nuevo Orden Mundial (NOM) que se resumen en ideología de género (feminismo y homosexualismo) y ateísmo (mucho panteísmo y nada de Dios, incluso da protagonismo al demonio). A esto ha sumado el adoctrinamiento de niños, así como la defensa del aborto (incluso paga los gastos de viaje de las empleadas que decidan asesinar a los bebés que crecen en sus vientres) y la reducción de los beneficios por paternidad.
La cinta mostrará entre sus personajes a una pareja adolescente abiertamente homosexual así como el aplauso paterno: el hijo (Ethan) tiene una actitud de timidez ante el chico que le gusta, pero su padre entra en escena y le dice “¡Qué gusto conocerte! Mi hijo habla de ti todo el tiempo”
La factoría de Mickey Mouse no esconde que apuesta por la agenda LGTBI, que respaldan muchos directivos, incluida la presidenta, Susan E. Arnold, quien además es lesbiana, y el CEO, Bob Chapek, quien a finales de 2020 anunció 50 estrenos donde no faltarán ejemplos de la agenda LGTBQ. Entre esos directivos también está Latoya Raveneau, productora ejecutiva de Disney, que reconoció haber implantado una agenda gay en la programación, así como contenidos queer, y que los líderes “fueron muy acogedores”, así lo recogió un magnífico artículo de Religión en Libertad hace unos meses, en el que se aludía a otro publicado por el periodista y escritor Rod Dreher, en The American Conservative.
Ahora la última muestra de todo esto se podrá ver en Mundo extraño, que llegará a los cines españoles el próximo día 25. La cinta mostrará entre sus personajes a una pareja adolescente abiertamente homosexual y la aceptación paterna: el hijo (Ethan) tiene una actitud de timidez ante el chico que le gusta, pero su padre entra en escena y le dice “¡Qué gusto conocerte! Mi hijo habla de ti todo el tiempo”. Asimismo, conviene referir que la película está dirigida por el estadounidense Donald Lee Hall (más conocido como Don Hall), que también llevó la batuta de Big Hero 6, así como de Raya y el último dragón. Su guion es obra de Qui Nguyen, que fue coguionista de Raya y el último dragón, y está producida por el veterano Roy Conli (productor de El jorobado de Notre Dame, Big Hero 6 y Enredados, entre otras cintas), y no sólo refleja la agenda LGTBI de Disney sino también la preocupante falta de ideas: narra la historia de un grupo de exploradores que navega por tierras desconocidas y se inspira en las novelas de aventuras de Julio Verne (aunque desde una interpretación progre, por supuesto).
Recuerden que Big Hero 6 era una película familiar que contaba la historia de Hiro Hamada y cómo investiga la muerte de su hermano mayor, Tadashi, y aprende a superarla con la ayuda, entre otros, de Baymax, un robot diseñado por Tadashi para cuidar a la gente; notándose mucho la huella de profesionales de los antiguos estudios Pixar (tenía como productor ejecutivo a John Lasseter y como guionistas a Robert L. Baird y Daniel Gerson, responsables de Monstruos S.A.). Ahora la serie de dibujos animados Baymax, que emite la plataforma de streaming Disney+, ya no es tan familiar, sino que es una muestra más de la agenda LGTBI y de la necedad progre: promueve ‘hombres menstruantes’ y un baño para todos los géneros, entre otros aspectos. Por su parte, en Raya y el último dragón, las chicas llevaban la batuta (muy feminista claro está) y se volvía a los presupuestos ‘New Age’. Y al hilo de la necedad progre no hay que olvidar que la protagonista de la última versión de La Sirenita es afrodescendiente y que se criticó mucho en las redes sociales.