Isaac Perlmutter fue despedido de Disney y Nelson Peltz ha vendido sus acciones de Disney: el CEO, Bob Iger, se ha hecho con la victoria
The Walt Disney Company se ha tomado la revancha, aunque para ‘disfrazarlo’ y que suene mejor, lo ha hecho dentro de los 7.000 despidos anunciados que ya ha iniciado para reducir sus costes en unos 5.000 millones de euros. Y entre esas primeras salidas no sólo hay 50 por el cierre de la división de metaverso), sino que también está la de Isaac (“Ike”) Perlmutter... por su alianza con el inversor crítico Nelson Peltz.
Los dos son unos multimillonarios de 80 años, que dentro de unos meses cumplirán 81, y son amigos. Perlmutter era el mayor accionista de Marvel cuando esta fue comprada por Disney el 31 de diciembre de 2009, recibió 800 millones de dólares (unos 735 millones de euros al tipo de cambio actual) en efectivo y 590 millones de dólares (unos 542 millones de euros) en acciones del gigante de ocio y entretenimiento, pero no quiso un puesto en su junta directiva. Una silla que precisamente ahora sí respaldaba que la pidiera su amigo Peltz, quien posee el 0,5% de Disney a través del fondo de inversión Trian Partners, lo que supone una participación de unos 900 millones de dólares (unos 827 millones de euros).
Dentro de los 7.000 despidos y la reducción de costes en 5.000 millones de euros, Iger (72 años) quiere reorganizar el gigante de ocio y entretenimiento en tres divisiones: la unidad de entretenimiento, las cadenas deportivas ESPN y el área de parques temáticos
Perlmutter es un multimillonario israelí-estadounidense que siguió al frente de Marvel Entertainment, incluso después de la adquisición por parte de Disney, aunque ha tenido choques con otros directivos. Por ejemplo, cuando perdió el mando sobre la división de cine del negocio de cómics, Marvel Studios en 2015, que pasó a integrarse dentro de Walt Disney Studios, y entonces, Bob Iger, que era presidente y CEO de la factoría de Mickey Mouse (salió en diciembre de 2021 y el pasado noviembre ha vuelto como primer ejecutivo por dos años) defendió el movimiento por la tensión que había entre el equipo de Marvel que trabajaba en Nueva York y el de Disney que lo hacía en Hollywood. Además, Iger se adjudicó más tarde el éxito de la franquicia de películas de los cómics, algo que no gustó a Perlmutter, según recoge La Vanguardia.
En paralelo, cabe recordar que Peltz es un inversor activista y crítico que ha dado batalla en otras compañías (Procter & Gamble, Heinz, DuPont…). Hace unos meses, por carta, se quejó de que la acción de Disney estaba rondando mínimos de ocho años, un reflejo del “fracaso de los planes de sucesión, los exagerados sueldos y de una falta de disciplina a la hora de controlar los costes”, también del sobreprecio que, en su opinión, se pagó por los activos de 21st Century Fox; y pedía una silla en la junta directiva. El Consejo del gigante de ocio y entretenimiento le respondió recomendando a los accionistas que no apoyen su candidatura en la próxima Junta de Accionistas. Además, cabe referir que Peltz es un estadounidense nacido en una familia judía, amigo de Donald Trump y Rupert Murdoch, y consuegro de David y Victoria Beckham.
Perlmutter dejará de presidir Marvel Entertainment y esta división que se dedicaba a la venta de cómics y productos de consumo pasará a integrarse en otra unidad más grandes, según informa The New York Times. Cabe recordar que dentro de los despidos y la reducción de costes, Iger (72 años) quiere reorganizar el gigante de ocio y entretenimiento en tres divisiones: la unidad de entretenimiento, las cadenas deportivas ESPN y el área de parques temáticos. Y por cierto, la salida de Perlmutter no es la única relacionada con el estudio de los superhéroes: hace unos días se conoció el despido de Victoria Alonso, vicepresidenta ejecutiva de Marvel Studios y lesbiana activista. Esta salida llega meses después del cese fulminante de Bob Chapek y refleja que a la factoría de Mickey Mouse, que este año celebra su centenario, le han empezado a importar los malos números que provoca su progresismo y especialmente el hecho de que no logra rentabilidad en ‘streaming’ y ha perdido 2,4 millones de suscriptores en Disney+ entre octubre y diciembre.