Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, no sólo no defiende la vida (la salud) de los niños por nacer sino que avala su asesinato
Una de las primeras decisiones adoptadas por el nuevo presidente estadounidense, Donald Trump, fue retirar a su país de la Organización Mundial de la Salud (OMS), un organismo de la ONU.
Así lo explicó la Casa Blanca en su orden ejecutiva: “Estados Unidos anunció su retiro de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2020 debido al mal manejo por parte de la organización de la pandemia de Covid-19 que surgió de Wuhan, China, y otras crisis de salud globales, su fracaso en adoptar reformas urgentemente necesarias y su incapacidad para demostrar independencia de la influencia política inapropiada de los estados miembros de la OMS”.
Además, la Casa Blanca denunció que la OMS "sigue exigiendo pagos injustamente onerosos" a Estados Unidos. Y es que Washington sigue siendo el mayor financiador de este organismo de la ONU, con un 18% de su financiación total (el presupuesto bienal más reciente de la OMS, para 2024-2025, fue de 6.800 millones de dólares, así que EEUU la financiaría con unos mil millones como mínimo), según ConSalud.
No obstante, la retirada de EEUU de la OMS se hará efectiva el 22 de enero de 2026 ya que los países están obligados a anunciar su retirada con un año de antelación.
La consecuencia será, además del golpe financiero a este organismo que dirige Tedros Adhanom, que Washington suspende las negociaciones sobre el Acuerdo de la OMS sobre pandemias y las enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional.
Y esto es muy importante porque la OMS, uno de los principales instrumentos del Nuevo Orden Mundial -un consenso de países, instituciones u organismos que tratan de imponer políticas contrarias a la ley natural, como la ideología de género y el aborto- está intentado recortar la soberanía de los países por medio de ese tratado pandémico que -con la brillante excusa de proteger la salud de los ciudadanos ante nuevas pandemias, etc.- tendría un poder excepcional, nada menos que para, por ejemplo, cerrar fronteras, confinar a quien le venga en gana o convertirnos a todos en conejillos de indias de experimentos médicos.
Es decir, que el Nuevo Orden Mundial conseguiría, con la excusa del 'Tratado pandémico' lo más parecido a un Gobierno mundial o tiranía global, que es en realidad su último fin.
Por eso ya hay países, como Italia o Argentina, liderados por Giorgia Meloni o Javier Mieli, que también lo rechazan.
Todo lo contrario que el presidente español Pedro Sánchez, que acaba de anunciar que España contribuirá con 60 millones de euros más a la OMS.
Y es que Sánchez es uno de los mayores seguidores del Nuevo Orden Mundial. Lo cual no es de extrañar, dados sus tics autoritarios a los que nos tiene tan acostumbrados en España, tratando de hacerse con el control de todos los poderes del Estado.
Pero, volviendo a la decisión de Trump de retirarse de la OMS, esto también tendrá otra consecuencia: y es la importante reducción de la financiación a la promoción del aborto en el mundo, algo a lo que la OMS se dedica con entusiasmo, hasta el punto de que su director, Tedros Adhanom, promueve el aborto hasta el mismísimo parto, en lo que constituye una nueva frontera para la bestialidad, tal y como ha denunciado Hispanidad.
Conclusión: la decisión de Trump de retirarse de la OMS es una muy buena noticia porque podría tener un efecto cascada y secundarlo otros países, además de dificultar la promoción de las siniestras intenciones de Tedros Adhanom, como el control global o el fomento del asesinato del ser humano más indefenso de todos, el niño no nacido (la OMS llama a este sangriento y cruel acto un 'derecho humano').