El nuevo currículo pretende que los niños reconozcan su identidad sexual y de género y para ello indica que "deben tener la oportunidad de explorar los diferentes roles de género a través del juego y de su cotidianidad"
No le bastó en su día a la ministra de Educación con cercenar el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos, o evitar que se enseñe religión en pro de la 'cultura de las religiones' que se empeñó en que se impartiera educación sexual a los niños de 6 años convirtiendo así a los centros escolares en "granjas de adoctrinamiento". Ya saben: para Celaá debía primar "el interés superior del menor". Por ejemplo, a saber si es niño o niña, el sexo temprano, los distintos tipos de fornicio, etc, etc, etc.
Tras el relevo de Celáa por parte de Pilar Alegría, esta última revisó el borrador del currículo de infantil que heredó de su predecesora y pulíó algunas cuestiones que resultaban controvertidas. Como recogió El Mundo eliminó, por ejemplo, «el descubrimiento personal de la sexualidad» y la «construcción sexual y de género» que se recogía en la versión anterior. Uno de los párrafos en la anterior versión decía: «Para el logro de una autoimagen ajustada y positiva, es importante reconocerse como persona diferenciada de las demás. En esta etapa se inicia la construcción sexual y de género, sin distinción entre ambas. La intervención educativa debe favorecer el descubrimiento personal de la sexualidad y la construcción de género a través de valores de igualdad y modelos no estereotipados».
Estas frases habían generado muchas críticas por, primero, entrar en cuestiones relacionadas con la sexualidad en niños de cero a seis años y, segundo, por plantear la «construcción de género», en sintonía con las teorías queer, que dicen que uno no nace niño o niña de acuerdo con su biología, sino que construye esta identidad.
Según Alegría se cambió el principal principio pedagógico. Si bien antes se apostaba por "desarrollar y asentar progresivamente las bases que faciliten a cada alumno o alumna una adecuada adquisición de las competencias, teniendo siempre en cuenta su proceso madurativo individual", ahora se persigue "desarrollar y asentar progresivamente las bases que faciliten el máximo desarrollo de cada niño y de cada niña".
Pues bien, la presidenta de la Comunidad de Madrid, elimina del currículo de Educación Infantil de Madrid los contenidos de desarrollo sexual. Según El Mundo, Ayuso considera que no es un aspecto «determinante» para los niños de entre cero y seis años. También ha cambiado las alusiones a la «diversidad familiar» por «familias», la de los «andamiajes e interacciones de calidad» por «relaciones» y el «relato» por «historia». En la Puerta del Sol aseguran que el documento cuenta con el visto bueno de los servicios jurídicos autonómicos.
Estaremos atentos al desarrollo de los acontecimientos dado que en algunas comunidades autónomas la puerta a estos contenidos la dejó abierta el PP, como en la Comunidad de Madrid con Cristina Cifuentes como presidenta.