Gustavo Petro hace seguidismo del lobby LGBTIQ+
Comenzamos esta crónica semanal sobre cristianos perseguidos en Colombia, donde ya se empieza a notar la huella del neo-comunismo del Gobierno que lidera el izquierdista Gustavo Petro. Por ejemplo, en el derecho a la vida (ha mostrado su ultra-abortismo al retirar al país del ‘Consenso de Ginebra’) y en el aumento de los ataques cristófobos.
El obispo de Fontibón, Monseñor Juan Vicente Córdoba, denunció que a petición de la Secretaría de Gobierno de la Alcaldía de Bogotá fue desmantelada la capilla católica ubicada en el aeropuerto internacional El Dorado, para convertirse en “un espacio de culto y reflexión neutral. En donde serán bienvenidas todas las religiones”, como anunció el propio aeropuerto en redes sociales, recoge Aciprensa. Mons. Córdoba explicó que la empresa privada OPAIN, que gestiona el aeropuerto, pidió la entrega del recinto el pasado 11 de abril, tras la petición de la Secretaría de Gobierno de la Alcaldía de Bogotá, invocando la norma del Ministerio del Interior acerca de la igualdad de cultos en el país, pero ha sido ahora cuando se ha producido el cierre y la conversión del espacio, a pesar de que había un acuerdo hasta 2037. “Obramos de acuerdo a la ley, no sin antes expresarles que la secularización y el materialismo están dando pasos para acabar con las expresiones de fe de un pueblo”, subrayó Monseñor Córdoba. Por su parte, la exsenadora María del Rosario Guerra, acusó a la alcaldesa de Bogotá, Claudia Lopez, de “perseguir a la Iglesia Católica y a sus fieles” y “restringir la libertad religiosa”.
La exsenadora María del Rosario Guerra, acusó a la alcaldesa de Bogotá, Claudia Lopez, de “perseguir a la Iglesia Católica y a sus fieles” y “restringir la libertad religiosa”
En el puerto colombiano de Buenaventura, la violencia ha obligado a las iglesias a celebrar misas hasta cierta hora, pues los grupos ilegales (las bandas Los Shottas y Los Espartanos, que antes formaban una sola llamada La Local) son los que dictan hasta qué momento se puede salir a las calles, ha señalado su Obispo, Mons. Rubén Darío Jaramillo, como informa Aciprensa, haciéndose eco de Noticias Caracol. Unas bandas de delincuentes que se enfrentan entre ellas “por el control de los barrios, por las rutas del narcotráfico y por imponer nuevas zonas de extorsión”, explica Mons, Jaramillo, y también se enfrentan a la reacción de la Policía y las Fuerzas Armadas. “La vida y la paz están en cuestión en nuestra ciudad”, añade el Prelado.
También en Colombia, el izquierdista y exguerrillero Petro ordenó no asistir a la sesión de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que condenó la persecución de la dictadura de Ortega contra la oposición y la Iglesia Católica en Nicaragua, como recogió Aciprensa de Noticias Caracol. Por su parte, el sacerdote nicaragüense Rafael Bermúdez, exiliado desde 2018 en EEUU, aconsejó a Colombia estar alerta, porque el presidente Gustavo Petro y el dictador Daniel Ortega “son de la misma línea”, en ese mismo medio.
El izquierdista y exguerrillero Petro ordenó no asistir a la sesión de la OEA que condenó la persecución de la dictadura de Ortega contra la oposición y la Iglesia Católica en Nicaragua. Mientras Ortega ha mostrado a 19 presos políticos desde hace un año, con signos de desnutrición
Hace unos días, el régimen de Ortega mostraba las imágenes de 19 presos políticos desde hace un año, con signos de desnutrición; y en el caso de la persecución contra la Iglesia católica, destaca la expulsión de las Misioneras de la Caridad, el cierre de medios de comunicación católicos, el acoso a sacerdotes y el arresto domiciliario del Obispo de Matagalpa, Mons. Rolando Álvarez. En Madrid, Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) ha convocado una misa en solidaridad con el pueblo y la Iglesia nicaragüense para este domingo.
Y en su homilía del pasado 21 de agosto, el obispo auxiliar de Managua, Monseñor Silvio José Báez, que está exiliado en EEUU, advirtió a los gobernantes de Cuba, Venezuela y Nicaragua (o sea a los dictadores, o más bien “tiranos”, Miguel Díaz-Canel, Nicolás Maduro y Daniel Ortega) que su salvación eterna está en peligro si no rectifican su rumbo de perdición, como informó Religión en Libertad.
En México, la Iglesia tampoco vive una buena situación: sufre la creciente violencia en el país que dirige Andrés Manuel López Obrador (más conocido como AMLO) y una oleada de robos en iglesias, como recoge Aciprensa. Unos delincuentes entraron en la parroquia Santos de América, al sur de Ciudad de México, y amarraron al párroco, padre José Luis Pérez, y a un grupo de seminaristas que se entraban dentro del templo, y robaron todos sus ordenadores y teléfonos móviles, así como dinero de las colectas. Unos días antes, en la parroquia de San Lorenzo Diácono y Mártir, a unos tres kilómetros, hubo otro robo, sufrió también un robo y el párroco, padre Julio Saucedo, explicó que los delincuentes lograron hacer un boquete en una de las paredes del antiguo templo, se llevaron dinero y rompieron algunos cristales. La cercana parroquia Santa María de los Apóstoles también ha sido objeto de robo.
El obispo auxiliar de Managua, Monseñor Silvio José Báez, que está exiliado en EEUU, advirtió a los gobernantes de Cuba, Venezuela y Nicaragua (o sea a los dictadores, o más bien “tiranos”, Miguel Díaz-Canel, Nicolás Maduro y Daniel Ortega) que su salvación eterna está en peligro si no rectifican su rumbo de perdición
En medio de esta oleada de robos en seis parroquias y una capilla al sur de la capital mexicana, la Arquidiócesis Primada de México ha hecho un llamamiento a las autoridades para que atiendan “la situación de inseguridad que se vive en nuestro país”, pues “es urgente detener esta espiral de violencia”, informa Aciprensa.
Y entre tantas tristes noticias para los cristianos, una que arroja esperanza y por la que dar gracias a Dios: la hermana Suellen Tennyson, religiosa estadounidense de 83 años que llevaba secuestrada desde el pasado 5 de abril en Burkina Faso, fue recientemente liberada, publica CNA. Pertenece a la congregación de las Marianitas de la Santa Cruz y lleva de misionera en el norte del país africano desde 2014. La hermana Ann Lacour, superiora de dicha congregación, ha confirmado que la hermana Suellen “está a salvo”. En Facebook, la congregación ha mostrado su agradecimiento por las oraciones y el apoyo y ha pedido “oraciones por la renovación completa de cuerpo, mente y espíritu de Suellen”. “Ella ha pedido privacidad - POR FAVOR respeten su necesidad de tiempo y dejemos que ella sea la que los busque cuando esté lista. Que el hecho de que ella esté a salvo sea su consuelo... ¡Dios hace grandes cosas por nosotros!”, han añadido.
“Los que nos atacan imponen a los burkineses seguir la sharía. Los hombres deben llevar pantalones de la longitud adecuada, ya no se afeitan la barba y las mujeres están obligadas a llevar el velo. Las escuelas de orientación europea están prohibidas, exigen que los niños vayan a las “madrasas” o escuelas coránicas...”, relata el padre Ouedraogo
Todo esto ha sucedido en Burkina Faso, un país que vive el crecimiento del terrorismo islámico desde 2016 y registra numerosos ataques de hombres armados contra cristianos, pues el 40% está fuera del control del Estado y en el 60% restante hay zonas de los terroristas, ha explicado el padre Honoré Ouedraogo, sacerdote y rector del seminario de la diócesis de Tenkodogo, a ACN. “La gente se despierta por la mañana preguntándose si será víctima de un atentado. Ya nadie se siente seguro”, ha afirmado.
Aunque es difícil discernir los verdaderos motivos de los terroristas, las víctimas testimonian que el fundamentalismo islámico está presente: “Los que nos atacan imponen a los burkineses seguir la sharía. Los hombres deben llevar pantalones de la longitud adecuada, ya no se afeitan la barba y las mujeres están obligadas a llevar el velo. Las escuelas de orientación europea están prohibidas, exigen que los niños vayan a las “madrasas” o escuelas coránicas. Está prohibido tocar las campanas de las iglesias y todos los habitantes deben participar en las oraciones de las mezquitas…”, ha destacado el padre Honoré. Una elevada inseguridad y también una gran pobreza en una diócesis de mayoría musulmana, pero los burkineses mantienen la fe: “Algunos de mis feligreses a veces pasan la noche orando por la paz. Nuestra dolorosa situación ha fortalecido la fe de los cristianos en todo el país. Algunos incluso llegaron al martirio, prefiriendo morir antes que renunciar a su fe”. Y el padre Honoré está convencido de que “no nos salvarán las armas, sino la fe y la oración. Lo que nos está pasando nos supera, estos ataques son diabólicos, así que solo Dios puede ayudarnos”.