Como recogió Hispanidad, el nuevo Gobierno laborista del Reino Unido, que dirige Keir Starmer, aprobó el pasado 31 de octubre una nueva normativa -Ley de Orden Público de 2023- por la que dentro de un radio de 150 metros desde un abortorio -denominadas 'zonas de contención'- no se puede protestar ni rezar silenciosamente.  Así, Keir Starmer reinstauraba en Reino Unido los "delitos de pensamiento" al prohibir orar en silencio ante los abortorios. Al parecer, el laborista tiene el poder de leer la mente…

Algo similar ocurre en Escocia, donde la Ley de Servicios de Aborto de 2024 establece que en los domicilios privados que se encuentren dentro de las «zonas de acceso seguras» alrededor de las clínicas abortistas (200 metros alrededor de estos centros) no se podrán realizar actividades que puedan "causar molestias", incomodidad o angustia al personal médico o a los pacientes de las citadas clínicas, incluidas las oraciones en voz alta, si se perciben como intencionadas o imprudentes, recogió también Hispanidad.  

Un ejemplo de esta normativa liberticida acaba de tener lugar en Escocia y lo recoge Infocatólica: la policía escocesa fue grabada mientras aplicaba la ley que no permite rezar ante abortorios a Rose Docherty, directora de 40 Días por la vida en ese país. 

Aquí puede verse la secuencia: 

Lo advirtió recientemente el vicepresidente de los EEUU, JD Vance, durante su histórico discurso, el pasado 15 de febrero, ante líderes europeos en Munich (Alemania): Europa, en teoría paraíso de las libertades, se está dedicando a acabar con ellas.

Así lo denunció JD Vance: “Quizás lo más preocupante, miro a nuestros muy queridos amigos del Reino Unido, donde el retroceso en los derechos de conciencia ha puesto en el punto de mira las libertades básicas, especialmente de los británicos religiosos. Hace poco más de dos años, el Gobierno británico acusó a Adam Smith-Connor, un fisioterapeuta de 51 años y veterano del Ejército, de cometer el atroz crimen de estar de pie a 50 metros de una clínica de abortos y rezar en silencio durante tres minutos. No obstruyó a nadie, no interactuó con nadie, simplemente rezó en silencio por su cuenta. Cuando las fuerzas del orden británicas lo detectaron y le exigieron saber por qué rezaba, Adam respondió simplemente que lo hacía por su hijo no nacido".

"Él y su exnovia habían abortado años atrás. Pero a los agentes no les conmovió su respuesta. Adam fue declarado culpable de infringir la nueva Ley de Zonas de Exclusión del Gobierno, que penaliza la oración silenciosa y otras acciones que puedan influir en la decisión de una persona dentro de un radio de 200 metros de una clínica de abortos. Fue condenado a pagar miles de libras en costas legales al Estado”, prosiguió Vance. 

El vicepresidente de EEUU añadió: “Ahora bien, ojalá pudiera decir que esto fue un caso aislado, un ejemplo disparatado de una ley mal redactada aplicada contra una sola persona. Pero no. En octubre pasado, hace solo unos meses, el Gobierno escocés comenzó a distribuir cartas a ciudadanos cuyas casas se encuentran dentro de las llamadas zonas de acceso seguro, advirtiéndoles de que incluso rezar en privado dentro de sus propios hogares podría suponer una violación de la ley. Naturalmente, el Gobierno instó a denunciar a cualquier conciudadano sospechoso de cometer un delito de pensamiento en el Reino Unido y en toda Europa". 

Estas palabras de Vance han escocido mucho en la ‘progre’ Europa. Pues bienvenidas sean…