España no va mal, va peor: cada vez hay menos nacimientos y más muertes
Dicen que lo importante es la tendencia, y esta nos dice que España, lejos de ser una nación próspera y con futuro, va camino de la extinción y, además, lo hace de una manera acelerada. ¿Crisis económica? Lo peor es la crisis demográfica que, lejos de solucionarse, se está agravando ante la indiferencia más absoluta de nuestros gobernantes y, por qué no decirlo, de buena parte de la población.
Cada vez nacen menos niños. Concretamente, durante los seis primeros meses del año se registraron 159.705 nacimientos en España, atención, un 8,48% menos que en 2019, según datos facilitados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Si la situación era preocupante antes de la pandemia, ahora, además, es urgente.
La estadística se completa con el número de defunciones: 245.004 hasta junio, un 7,8% más que en 2019, lo que arroja un saldo negativo de 85.299 personas, solo en el primer semestre de este año, el equivalente a la población de Toledo. Si se consolida la tendencia, superaremos la triste cifra alcanzada en diciembre de 2021, cuando el saldo negativo fue de 113.023 personas.
El ritmo de despoblación se acelera porque al descenso de nacimientos se une el aumento de las defunciones
Caen los nacimientos y aumentan las muertes y, mientras tanto, el Gobierno amplía el aborto y aprueba la eutanasia. ¿Hacia dónde vamos? Duele asumirlo, pero claramente hacia la extinción, como creo haber dicho antes. ¿Solución más urgente? Fomentar la natalidad con un salario maternal justo por cada hijo, destinado a todas las madres, trabajen o sean ama de casa, y que no debería ser inferior a la mitad del salario mínimo.
Queda mucha tarea por hacer: ningún partido político con representación parlamentaria incluye el salario maternal en su programa. Vox tampoco, aunque el de Abascal es el único que defiende la vida desde la concepción hasta la muerte natural, si bien en ocasiones lo hace con la boca pequeña.
En cualquier caso, aunque no hubiera abortos quirúrgicos (unos 100.000 al año), la población española no aumentaría, solo se mantendría. Lo dicho: la situación es extremadamente grave.