Las apariciones marianas en la aldea cántabra de San Sebastián de Garabandal -que sí, que son ciertas y sobrenaturales-, entre 1961 y 1965, debieron haberse convertido en el gozne de la Iglesia en la era moderna, una era de final de ciclo, en la que la figura clave de la historia es la Madre de Cristo.

Ocurrió que tanto en Garabandal como en la aldea bosnio-croata de Medjugorje (más éxito apostólico esta que aquella por la sencilla razón de que los instrumentos humanos fueron más fieles en los Balcanes que en los Picos de Europa), los papas y los santos sí creyeron en la sobrenaturalidad del suceso, mientras los obispos de Santander y Mostar no han hecho otra cosa que poner chinas en el zapato.

San Pío de la Pietrelcina les dijo a las niñas videntes de Garabandal una sentencia demoledora: “Creerán en vosotras cuando sea demasiado tarde”. Y el Papa Pablo VI le dijo a Conchita (la vidente más señalada de Garabandal) que había que dar a conocer “estos hechos” a toda la humanidad.

Mientras, los obispos de Cantabria continuaban, aún hoy continúan, no sólo mirando hacia otro lado, sino persiguiendo a quien se atreviera a honrar a Santa María en Garabandal. Todo porque andaban, y andan, escocidos por las revelaciones de la Virgen a Conchita, Jacinta, Mari Cruz y Mari Loli (ésta última ya fallecida): “Obispos y cardenales caminan por la senda de la perdición”. Como para correr a sus eminencias a boinazos por todas las vegas del Nansa, del Saja y del Pas.  

En Garabandal, en 1961, en España, cuando todavía no se hablaba de la crisis de la Iglesia, la Virgen anuncia esa crisis y en unas condiciones tan tremendas que en aquellas fechas sonaban a locura, mientras hoy, en 2024, solo recibirían, en cualquier cristiano formado, el remoquete típico del “¡Así es!”.  

Sin embargo, para muchos obispos, asegurar que la Iglesia está en crisis, en 2024, pero aún más en 1961, es un insulto que no están dispuestos a aceptar, porque sería tanto como reconocer su fracaso y, en algunos casos, su impiedad.

Pero recuerden, ilustrísimas, que es peligroso censurar a la Virgen.

Españoles: ¡Volved a Garabandal! Todavía hay tiempo. Hoy, fiesta de la Asunción de María, es buen momento para volver a Garabandal, es decir, para convertirse.