Según la versión de los residentes del barrio del Molinar, en Mallorca, desde hace semanas, un grupo de argelinos se dedican a robar, agredir a los vecinos sin distinción de edad o sexo y de atracar a punta de cuchillo a personas mayores y niñas. Y ya hace unos días, los vecinos intentaron lincharlos por el supuesto robo a un grupo de chicas adolescentes con armas blancas.

Como consecuencia, el miércoles 18, una pareja de argelinos (ex menas), según Última Hora, que fueron expulsados a la fuerza de la casa okupada donde residían en la barriada, regresaron de nuevo a la vivienda con la intención de recuperarla. En ese momento, una multitud de vecinos del barrio, que estaban montando guardia en la zona, se percataron del intento de acceder al inmueble y se lo impidieron.

La pareja (chico y chica) -siempre según Última Hora-  tomó una actitud muy prepotente y provocadora a la vez que hacían frente a los residentes. En un momento dado, según fuentes consultadas por Ultima Hora, varios de los vecinos propinaron un serio correctivo al varón, dejándolo seriamente herido. Fue entonces cuando la pareja emprendió la huida para no seguir recibiendo golpes y llamaron a la Policía Nacional. Rápidamente, los agentes se personaron en el lugar y se entrevistaron con los chicos.Los funcionarios policiales preguntaron a los argelinos si tenían algún tipo de documentación que acreditara que esa era su vivienda y éstos le dijeron que no. Acto seguido, les invitaron a que se marcharan, les brindaron la oportunidad de denunciar la agresión en comisaría y de interponer las acciones pertinentes si consideran que tienen algún derecho sobre la casa. También les informaron de que el legítimo propietario de la vivienda había tapiado los accesos.

Sucesos como este no son casos aislados en Mallorca, ya que se han registrado cuatro graves estallidos raciales entre clanes gitanos, por un lado, y argelinos y subsaharianos por otro. Primero fue en Son Gotleu, después el terremoto se propagó a las calles de s'Arenal y posteriormente la barriada de Son Oliva fue el escenario de más enfrentamientos.

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La Policía Nacional y la Guardia Civil están en alerta máxima, desplegados día y noche, para evitar que la situación vaya a más. Aunque, al parecer, los vecinos ya han empezado a tomarse la justicia por su mano. Cosa peligrosa, que evidencia que los ciudadanos han dejado de confiar plenamente en la seguridad que debe brindar el Estado de Derecho. Un Estado que, por otra parte, y como hemos venido repitiendo en Hispanidad es garantista... con el delincuente.

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