Sorpresas te da la vida. En el pasado, he despreciado a Carmen Lomana. Me parecía un miembro de la jet, personajes por los que siento muy poco respeto. Pues bien, perdón, señora Lomana, esta vez merece usted un premio al coraje y a la sensatez.

De entrada, ha escrito un artículo genial:

¿Hasta cuándo se aprovecharán de la paciencia de los cristianos? Aconsejo su lectura. Luego participó en un debate en televisión, entre una serie de mastuerzos, que repetían las tontunas políticamente correctas. Naturalmente, incluido uno que se dice católico, ninguno se ha sentido ofendido por la burla sacrílega de los tontos-la-pera de David Broncano y Lalachus (o así, que dijo un vasco). Incluso el conductor del programa en el que participaba Lomana, hombre de mundo, moderno, cosmopolita, con mucha vida, por delante y por detrás, nos advirtió, que muchos años atrás, en Venezuela, donde él residía, se armó un gran escándalo porque una cantante norteamericana creó una gran polémica al adoptar el nombrecito de Madonna: ¡Qué cosa más curiosa que alguien que utiliza el nombre que los italianos han popularizado en todo el mundo como apelativo cariñoso y digno a la Madre de Dios sea utilizado por una cantante porno, cuya carrera ha consistido en provocar e injuriar!

Las palabras del director del programa donde participaba Lomana, me recordó viejas historias de mi tierra asturiana. Por ejemplo, aquella que escuché de los mineras de la cuencas, respecto a un emigrante castellano que andaba por aquellos lares y al que un minero se refirió de la siguiente manera: "Estos castellanos que raros son: les llamas hijos de puta y se enfadan".

Pues bien, el debate transitaba por la costumbre a la necedad ilustrada del tertuliano televisivo para el que ninguna ofensa puede ser considerada sobre todo porque no creen en nada, ¿por qué habían de molestarse por algo?

En eso surge Lomana, que les recuerda que en miles de hogares españoles había una imagen del Sagrado Corazón, porque la confianza en la misericordia del Creador ha sido piedra de toque del Cristianismo en España y en toda Europa. Lomana explicó que miles de personas, han rezado durante siglos, esta sencilla jaculatoria: "Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío". 

Por tanto, concluía Lomana, ¿cómo no se van a sentir ofendidos millones de cristianos cuando los cantamañanas de Broncano y Lalachus, utilizan la imagen del Sagrado Corazón de Cristo, le ponen cuernos para blasonar de progres en unas campanadas de fin de año, con millones de personas pendientes de la tele?

¡Qué raros son estos católicos! Les llamas hijos de puta y se enfadan.