No es la primera vez que en Hispanidad mostramos casos de denuncias falsas.

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Ahora, la Justicia acaba de condenar, según ha sabido El Mundo, a una mujer que amenazó a su ex jefe, de la franquicia Tecnocasa, precisamente con denunciarle inventándose una falsa agresión sexual. Es decir, por amenazarle con la denuncia que luego se llevó otro compañero, con el objetivo, piensan los policías que investigaron los hechos, de vengarse por su despido manchando a la marca.

Las amenazas se produjeron justamente en los días posteriores a una convención celebrada en Santander, cuando la mujer, de 24 años, fue despedida junto con su amigo y compañero M.G.

La mujer había tenido un comportamiento muy extremo durante dicha convención -drogándose y "liándola" según una docena de testigos-, su trabajo no era apreciado desde antes de estos hechos y el dueño decidió despedirla tanto a ella como a M.G.

Finalmente el denunciado por E.C., en una sucesión de cuatro declaraciones de la mujer a cuál más incoherente, fue otro comercial de otra oficina: un compañero que había sido Míster España, tuvo sexo consentido con ella en Santander y a causa de la denuncia pasó un "verdadero calvario laboral y personal", según su entorno.

Pero aún así el dueño de la franquicia de la calle Vista Alegre, en la que había trabajado E.C., la denunció entonces por amenazas, tras cambiar la cerradura del establecimiento en previsión de problemas, y habiendo colocado una cámara con la que grabó las bravatas, finalmente incriminatorias, de la mujer.

En octubre pasado un juzgado zaragozano condenó en primera instancia a la presunta violada de Tecnocasa a tres meses por dichas amenazas, y ahora la Audiencia Provincial, en sentencia a la que ha tenido acceso El Mundo, ha desestimado su recurso, ha dado firmeza a la condena e incluso ha condenado en costas a E.C.

La condena es una multa de tres meses con cuota diaria de ocho euros, y adherida a ella cursa una prohibición de acercarse a 200 metros del domicilio de su ex jefe durante seis meses.

E.C. alegó, en su recurso a la condena ya desestimado, problemas psiquiátricos, que los hechos no cabían en el tipo penal de amenazas, y que los testigos de los hechos no eran directos. La Audiencia Provincial de Zaragoza tumba todos sus argumentos en apenas unos párrafos.

Según El Mundo, el recorrido judicial del caso parece sólo haber comenzado. La Justicia laboral tiene que sustanciar si el despido de E.C. fue o no procedente, y deben resolverse también tanto su recurso al archivo de la agresión sexual -en el que no cuenta con el apoyo de la Fiscalía- y, sobre todo, el curso de una previsible causa por denuncia falsa tras la deducción de su testimonio, según intuye indiciariamente la juez santanderina, falso a sabiendas.

Por cierto, cuando en julio pasado E.C. denunció varios medios llevaron su demanda a sus portadas (entre ellos El País, Telecinco y La Sexta).

También la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, publicó en la red social X que había pedido a Inspección de Trabajo que investigara el caso, junto con la frase "Yo sí te creo".

Yoli