Una familia hondureña, formada por dos adultos, su hijo y una sobrina, supuestamente okupan desde hace un año la propiedad de un anciano de 81 años al que estuvieron cuidando y ayudando con las tareas del hogar
Una familia hondureña, formada por dos adultos, su hijo y una sobrina, supuestamente okupan desde hace un año la propiedad de un anciano de 81 años al que estuvieron cuidando y ayudando con las tareas del hogar. El acuerdo era que el propietario les daba techo y comida a cambio de dichos cuidados, pero el problema vino cuando el anciano se mudó a una residencia de mayores en octubre y la familia de hondureños se negó a abandonar el inmueble, por lo que los hijos del propietario decidieron denunciarles.
Según los okupas, que no tienen contrato de alquiler, el dueño les prometió que les alquilaría el piso por 250 euros al mes cuando él no estuviera. En unas declaraciones a La Voz de Galicia aseguran: "No somos okupas ni estafadores, el dueño del piso nos considera su familia y sus hijos lo engañan para echarnos".
"No queremos quedarnos con el piso, porque es de don Manuel. Lo que queremos es que sus hijos respeten su promesa y nos lo alquilen por el precio que él nos dijo", sostenían.
"Cuando sus hijos se lo llevaron a la residencia, algo que él nunca quiso, hablamos con uno de ellos para llegar a un acuerdo y pagar esta cantidad. Pareció convencerle, pero nos dijo que tenía que hablar con su gestoría. Poco después, nos dijo que sí, pero que teníamos que pagarle en negro, porque no querían declararlo. Yo le dije que no podíamos, porque yo necesito los papeles del alquiler para poder pedir ayudas públicas y para encontrar otro trabajo. Ahí fue donde empezaron los problemas", añadía el cabeza de familia, Mario, al medio.
Mario contaba su agonía: "Contrataron a una empresa de desokupación, que nos sigue por la calle y nos amenaza. Tenemos miedo. No podemos ni mandar a nuestros niños al colegio", explicaba que "los denunciamos a ellos por coacciones y a uno de los hijos de don Manuel por allanamiento". ¡Toma ya!
Y atención a lo que cuenta Mario a La Voz: "Entró en el piso con su llave, sin pedir permiso. Cuando le dijimos algo, se puso agresivo, así que llamé a la policía. Los agentes llegaron rápido y le tocaron en la puerta. Yo estaba fuera, en el rellano. Le preguntaron si él vivía allí y les dijo que sí, algo que era mentira. No les dio permiso para entrar. Me preguntaron a mí, porque sabían que yo sí resido aquí, y les di permiso. Él puso las manos en el marco de la puerta, pero lo empujaron. Los policías comprobaron que no había ninguna pertenencia suya en el piso y lo obligaron a irse. Fueron los propios policías los que nos recomendaron cambiar la cerradura, algo que hicimos, para que él no pudiese entrar. En comisaría saben todo y nos han dicho que los llamemos a la mínima que pase algo".
Ahora, el cabeza de familia ha sido detenido, según ha confirmado la Policía Nacional a través de un comunicado oficial. Le imputan un delito de estafa y otro de usurpación de identidad, ya que está acusado de retirar dinero de las cuentas del propietario de la vivienda sin contar con su permiso. Además, está siendo investigado por la presunta okupación de la vivienda, por "un presunto uso irregular". Aunque ha sido puesto en libertad tras ser arrestado.
Otra de las acusaciones que pesan sobre el acusado es el uso de manera fraudulenta del propietario, Manuel Vázquez, al contratar varias plataformas de pago de televisión, y sospechan que utilizó el dinero del anciano para hacerse con un televisor de 400 euros.
Pero la familia supuestamente okupa niega que el padre haya sido detenido y denuncian que todo es una campaña para "manchar su imagen", dicen que le tomaron declaración, pero que no fue detenido.
Y es que los familiares de Manuel niegan la versión de los okupas: "Ellos dicen que tienen un acuerdo verbal con mi padre, pero nada de eso. No hay ni un solo papel, claro. Se lo están inventando. Es una excusa para quedarse en la casa".
Fue el propio Manuel, dueño de la casa, el que se desplazó desde la residencia a poner la denuncia en comisaría, donde declaró que los okupas no tenían permiso para tocar sus cuentas y que le robaron la tarjeta para hacerlo sin que él lo supiera. Pero la familia hondureña niega al propio Manuel, aseguran que "son sus hijos los que están engañando a don Manuel para echarnos de la casa y poder alquilarla a un precio más alto".