Comenzamos esta crónica semanal sobre cristianos perseguidos en Haití, donde el pasado 26 de octubre el centro de las Hermanas Misioneras de la Caridad en Bas Delmas, Puerto Príncipe, sufrió un ataque por parte de un grupo armado de los que operan en el país, asolado por el caos y la violencia.

El grupo armado, liderado por Jimmy Chérizier -conocido como ‘Barbacoa’, un expolicía convertido en líder de bandas criminales-, saqueó las instalaciones y después las prendió fuego, informa Fides

La hermana Paësie, misionera en Haití, refirió: “Los objetos brutalmente robados siguen a la venta en el mercado cercano a la escuela Saint Joseph. Las hermanas han servido en esta casa desde 1979, cuando la Madre Teresa de Calcuta inauguró el centro. Y llevan además 47 años atendiendo a la población de Bas Delmas. Cada año, aquí se atienden gratuitamente a unos 1.500 pacientes internos y casi 30.000 externos”.

Cristianos perseguidos en Pakistán (Foto cedida por ACN)

(Cristianos perseguidos en Pakistán, Foto de ACN) 

Nuestro siguiente destino es Pakistán, donde una cristiana, de nombre Shagufta Kiran (40 años), fue condenada a muerte acusada de supuestamente blasfemar contra Mahoma, recoge Puertas Abiertas

Al parecer, en septiembre de 2020, Kiran reenvió -sin leerlo- un mensaje en un grupo de WhatsApp supuestamente ofensivo para el islam, por lo que fue denunciada a las autoridades. La familia apelará ante la Corte Suprema.

Mientras la seguidora de Jesús cumple su condena, existe la posibilidad de que sea agredida e incluso asesinada pro otros presos, islamistas radicales. 

Como se sabe, en Pakistán, la ley de blasfemia es utilizada por los musulmanes para perseguir a cristianos inocentes. 

Nos vamos a Mali, donde Ayuda a la Iglesia Necesitada informa de que una secta islamista está exigiendo dinero a adultos cristianos mayores de 18 años como condición para poder practicar su religión libremente, bajo la amenaza de cerrar sus lugares de culto si no lo hacen, en la localidad de Douna-Pen. 

Esta exigencia de pago a los cristianos, que es muy antigua en el mundo musulmán, se denomina jizya, que es como una suerte de impuesto o tasa religiosa que atenta contra la libertad de culto.

Una de las fuentes de ACN explicó: «Creemos estar viviendo en un estado secular donde tales prácticas no deberían prosperar pero, desafortunadamente, se está convirtiendo en nuestra nueva realidad. Si las autoridades no actúan, la población pagará impuestos directamente a las arcas de los terroristas, que actúan bajo la bandera del yihadismo en la República de Malí”.  

La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (Myanmar) completamente destruida

(Una iglesia de Myanmar completamente destruida)

En Myanmar se está desarrollando una guerra entre la junta militar y los grupos rebeldes —desde desde el golpe militar de febrero de 2021, que derrocó al gobierno democráticamente elegido— que está afectando también a edificios religiosos. 

Es el caso de la iglesia de Mon Hla, la localidad natal del cardenal Maung Bo, que fue atacada con drones (aviones no tripulados armados), según informa Asia News.

Se trata de la iglesia de San Miguel, que sufrió la «destrucción de todo el lado derecho». Mientras que «el campanario y la nave también sufrieron graves daños», según un testigo local

Volvemos a África, concretamente a Nigeria, donde hombres armados irrumpieron en el Seminario Menor Inmaculada Concepción, en la diócesis de Auchi, estado de Edo, y procedieron a secuestrar a dos seminaristas, relata ACN

El rector del seminario, el padre Thomas Oyode, se ofreció entonces a ser canjeado por ellos, lo que fue aceptado por los bandidos que, según la prensa nigeriana, ya habrían pedido un rescate por él. 

Sin embargo, tras once días secuestrado, el padre Thomas Oyode fue liberado. 

No obstante, ha habido más secuestros de curas.  Christian Uchegbu, de la diócesis de Orlu, fue secuestrado el 6 de noviembre. Asimismo, el padre Emmanuel Azubuike fue secuestrado el 5 de noviembre en el Estado de Imo. 

Nigeria se ha convertido en los últimos años en uno de los países más peligrosos del mundo para los sacerdotes, por la mezcla entre persecución religiosa y delincuencia. De hecho, en 2023, un total de 25 sacerdotes, seminaristas y religiosos fueron secuestrados en el papis. De los curas, cuatro fueron asesinados.