Gracias a la Ley Trans de Irene Montero, no hace falta cambio de sexo en el Registro, y es que basta con sentirse íntimamente identificado con otro sexo distinto al de nacimiento
Primero vamos con la noticia. Un hombre ha sido condenado por violencia de género por un delito de amenazas con una pena de 40 días de trabajos en beneficio de la comunidad, así como a la privación del derecho a la tenencia y porte de armas durante un plazo de 16 meses y 1 día. Asimismo tiene prohibido aproximarse y comunicarse con la víctima durante 16 meses.
Hasta aquí hablaríamos de un caso de violencia de género, pero el condenado intentó cambiar de sexo antes de conocer su sentencia, sin embargo el Juzgado de Primera Instancia número 2 de Mahón se lo denegaron por considerarlo improcedente. Al parecer había solicitado la rectificación registral de sexo, solicitando formalmente constar como mujer en el Registro Civil y cambiándose su nombre por uno femenino.
La magistrada consideró que con las manifestaciones del solicitante, su actitud, su aspecto externo genuinamente varonil "no se evidencia signo alguno que permita entender que aquél se identifica con el sexo femenino por el que dice optar".
En esta ocasión, la jueza ha tomado la decisión de desestimar el intento del condenado, arriesgándose a ser acusada de discriminación o delito de odio, pero no siempre pasa. Gracias a la Ley Trans de Irene Montero, no hace falta cambio de sexo en el Registro, y es que basta con sentirse íntimamente identificado con otro sexo distinto al de nacimiento.
La Comunidad de Madrid ya alertó hace unos meses sobre el número de agresores que se hacen trans para eludir la Ley de Violencia de Género. Pero la nueva Ministra de Igualdad, igual de soberbia que su predecesora en el cargo, aseguró que "los casos aislados no se pueden elevar a categoría".
Razón no le faltaba al Gobierno de Ayuso, ya se conocen varios casos como este, en los que maltratadores se hacen mujeres para eludir la ley contra violencia de género, pues al sentirse mujer y pegar a otra mujer ya hablamos de violencia intrafamiliar, con penas menores que la violencia de género.
Además de los casos que ya han llegado al lado de la 'víctima', que siendo hombre se declara mujer para acceder a protección y otras medidas que le pueden ser favorables.