Decíamos en Hispanidad que la ONU busca imponer el aborto como derecho humano global. ¿Y esto que supondría? Pues, declarar el derecho universal al aborto implicaría que todo aquel país que defendiera la vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural, dejaría de ser democrático: una situación que provoca mucho vértigo y unas cuantas náuseas, pero de lo más real.

Como real fue el caso que narra la película documental 'Sangre de cóndor' sobre la esterilización de mujeres indias bolivianas, a cargo de la OMS, en 1969.

Lo más llamativo: son Estados Unidos y la Unión Europea quienes lo promueven. no China, ni Rusia, ni India. Y ojo: sería un punto de no retorno, a partir del cual todo es admisible. Es el Occidente cristiano el que más odia la vida del ser más inocente y más indefenso, el concebido y no nacido. Son las democracias las que muestran una obsesión abortistsa más palpable. Lo que no deja de resultar curioso, dado que sin el derecho a la vida, el primero de todos los derechos, no puede haber ningún otro derecho, no puede hablarse de democracia.

Otro caso real, Perú, donde el expresidente Alberto Fujimori fue investigado por las esterilizaciones forzosas de mas de 2.000 mujeres peruanas durante su mandato, entre 1990 y 2000. Las mujeres fueron sometidas a trdzatamientos de anticoncepción quirúrgica definitiva en regiones con niveles de pobreza elevados y mayoría de población indígena. 

Las esterilizaciones forzadas ocurrieron durante la aplicación del Programa de Salud Reproductiva y Planificación Familiar 1996-2000, donde se incrementaron ostensiblemente la anticoncepción quirúrgica voluntaria (AQV), como se les denominó a las ligaduras de trompas y vasectomías. Durante ese periodo fueron esterilizadas cerca de 300.000 personas, entre ellas más de 272.000 mujeres y unos 22.000 hombres, según los reportes del Ministerio de Salud recogidos por la Defensoría del Pueblo, pero en la actualidad aún se desconoce cuántas de ellas fueron forzadas. Poco más de 2.000 son las que han denunciado formalmente haber sido esterilizadas de manera forzosa, de las que 1.307 terminaron con lesiones graves, y de ellas cinco fallecieron a causa de las secuelas de la intervención.

Recuerden, la esterilización forzada de mujeres constituye una de las tres patas que el Nuevo Orden Mundial (NOM), vía ONU, quiere implantar en todo el mundo para lograr el control de la población. Esas tres patas son: aborto, anticoncepción y esterilización.