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Hay una idea equivocada de que el pueblo hebreo era un pueblo esclavo de los judíos. No era así. El de los hebreos era un pueblo que, como tantas veces en la historia -esto sigue sucediendo hoy en día también-, debido a su falta de recursos se arremolinaba a la fuente de riqueza del mundo, que en este caso era Egipto, un pueblo poderoso y opulento que para seguir enriqueciéndose y seguir manteniendo su nivel de vida requería de mano de obra que mantuviese sus campos, sus construcciones y las infraestructuras de producción. Esto pasa con la inmigración legal o ilegal, de Iberoamérica con Estados Unidos, o en Europa con los países del medio oriente o África.
Egipto era rico precisamente porque no era tonto, sus avances tecnológicos, científicos, médicos y políticos eran importantes, y como tal temían que algún día los pueblos que vivían de su desarrollo llegaran a ser más fuertes que ellos mismos y la situación terminara dándose la vuelta, como ya sucede en Francia y dentro de poco en España.
Egipto era rico precisamente porque no era tonto, sus avances tecnológicos, científicos, médicos y políticos eran importantes, y como tal temían que algún día los pueblos que vivían de su desarrollo llegaran a ser más fuertes que ellos mismos
Por si hay alguna duda, recurrimos al libro del Éxodo 1, 8-14. 22. En aquellos días, surgió en Egipto un faraón nuevo que no había conocido a José, y dijo a su pueblo: «Mirad, el pueblo de los hijos de Israel es más numeroso y fuerte que nosotros: obremos astutamente contra él, para que no se multiplique más; no vaya a declararse una guerra y se alíe nuestros enemigos, nos ataque y después se marche del país». Así, pues, nombraron capataces que los oprimieron con cargas, en la construcción de las ciudades granero, Pitón y Ramsés. Pero, cuanto más los oprimían, ellos crecían y se propagaban más, de modo que los egipcios sintieron aversión hacia los israelitas. Los egipcios esclavizaron a los hijos de Israel…
No hubo esclavos pero sí hombres esclavizados porque nadie les obligaba a hacer nada pero no eran libres, no podían tomar la decisión de levantarse e irse a otro lugar porque dependían para todo de lo que el pueblo egipcio les daba, poco o mucho, bueno o malo… Dependía del sustento de las decisiones del faraón y su corte. Y esto, exactamente esto, es el objetivo tendencia de la socialdemocracia, que el pueblo dependa de los dirigentes y vivir esclavizados porque todo dependa de ellos.
Estamos en manos de los gobernantes porque, al menos en España, la Constitución del 78 fue aliada de la libertad de la anhelada libertad del pueblo, aunque nos hemos dado cuenta tarde de que realmente era el cepo del que ahora, cuarenta años después, no podemos escapar porque los votantes de a pie sólo podemos hacer eso, ser votantes para creernos eso de la democracia, ya que los gobernantes hacen sus juegos de alquimistas con acuerdos en habitaciones oscuras para seguir gobernando como ellos deciden dando la espalda a las verdaderas demandas sociales de los votantes. Bueno, eso, y que además no eliges gobernantes, elegimos partidos que nos gobiernan con hombres y mujeres de paja que cumplen planes trazados allende los mares como saben todos los que quieren saber, que leen e investigan y no se conforman con los telebodrios desinformativos habituales.
Como la idea proviene de la izquierda progresista, como siempre la igualdad siempre es por lo más bajo, recortando lo que pueda sobresalir, es decir, limitando lo que se llama excelencia, esfuerzo, crecimiento…
Quizá sea por esto que el mayor objetivo de la socialdemocracia es la de crear una sociedad consumista en el que la masa social satisfaga todas sus necesidades, regado de derechos para todos aunque no sean derechos. Ahora el debate es el Ingreso Mínimo Vital (IMV), una baza nueva para que los jóvenes vivan de un mínimo económico, acomodados a la falta de exigencia, procurando vivir del aire con la excusa de buscar la igualdad social… Como la idea proviene de la izquierda progresista, como siempre la igualdad siempre es por lo más bajo, recortando lo que pueda sobresalir, es decir, limitando lo que se llama excelencia, esfuerzo, crecimiento…
Hoy la democracia no es un modelo de gobierno, sino un enorme negocio que mueve fortunas increíbles y esferas de poder, y como todo negocio, se debe a un mercado –la población- en el que vender sus productos -solución de problemas- con el que mantenerse a flote y perdurar en el tiempo. El problema es que la socialdemocracia es supuestamente una forma de organizar a la sociedad gracias a soluciones eficaces en la medida que el Estado tenga dinero. Occidente, y España entre otros países, son ricos y los problemas tienden a desaparecer. No hay hambre, ni frío, ni incultura, ni libertad,… De esta forma, dentro de esta idílica ensoñación, llegaría un momento en que los gobiernos serían innecesarios y solo con un gabinete de tecnócratas sería suficiente y más barato para que todo fuese sobre ruedas. Es aquí donde la clase política entra en acción y crea los problemas propicios para hacerse valer, muchas veces inexistentes y otras veces provocados por ellos mismos con ideas que son un insulto al sentido común, y se hacen necesarios porque, como diría Francisco Franco, «No os puedo dejar solos». Lo que nos lleva a la conclusión de que nuestro problema real son los políticos, porque la contrariedad es que no miran por el pueblo, miran por ellos mismos como lo hacía el pérfido pero astuto faraón.
Historia de las ideas contemporáneas (Sekotia) de Marcos López Herrador. Si usted está interesado en cómo hemos llegado hasta esto, si la democracia es un gran invento, le recomiendo que se haga con un ejemplar de este ensayo porque disfrutará leyéndolo y al final necesitará una manicura completa porque no se habrá dejado una sola uña viva. La derivada del conservadurismo al progresismo es lo que nos ha desencajado completamente la sociedad, desesperado el futuro y vivir peor que nuestros padres cuando tenían la misma edad que nosotros tenemos hoy.
Políticos Españoles, liderazgo y personalidad (Última línea) de Víctor M. Pérez Velasco. En este trabajo se analizan, por observación, los perfiles de estos políticos y sus rasgos de liderazgo, para posteriormente, conocer el grado de ajuste de sus personalidades con los puestos de Presidente del Gobierno y de Jefe del Estado. Entonces uno termina comprendiendo muchas cosas, como por ejemplo ser un mentiroso y no pestañear…
Democracias y Falacias (Ediciones letra clara) de Julio Barceno. Es una exposición de opiniones y criterios. Hay elogios, pero son más abundantes las denuncias, algunas de ellas muy fuertes y graves. Se denuncia la política practicada en muchas democracias, entre ellas la española, por sus numerosos defectos. Un buen número de artificios democráticos, que aquí se describen, hacen realidad esa dolorosa definición de que la democracia es el menos malo de los sistemas.