En Alcalá de Henares, el mismo día en que se ha conmemoraba la entrega del Premio Cervantes, más de 200 migrantes han protestado a las puertas del Centro de Acogida de Emergencia y Derivación (CAED), exhibiendo pancartas de protesta: ‘Necesitamos Ayuda’. Acusaban a ACCEM, la ONG que se encarga de su acogida en el CAED, de hacerlo ‘muy mal’. En otra de las misivas decía ‘9 meses sin nada’, denunciando un periodo de tiempo de necesidad.

El medio Dream Alcalá ha intentado hablar con los manifestantes, pero estos, desconfiando de los periodistas, han rechazado hablar con ellos.

Mientras, en Santa Cruz de Tenerife, un grupo de usuarios protestaba también por las malas condiciones en las que dicen encontrarsecomo comidas en mal estado, amenazas y comportamientos racistas por parte de los trabajadores, así como que en ocasiones se separa las madres de sus bebés de forma forzosa y que el dinero para sus cuidados no aparece. 

¿Acaso existe un negocio en torno a la acogida de los inmigrantes ilegales?. En estos dos casos, asistimos a dos ejemplos del 'síndrome Marlaska': no se trata simplemente de abrir las puertas a los inmigrantes y después abandonarlos a su suerte. Hay que disponer recursos para integrarles en la sociedad que les acoge.