Mohamed VI ha vuelto a las andadas contra España. Poco ha durado que Pedro Sánchez le haya cedido el Sáhara: ahora vuelve a lanzar a menores, y no menores, contra las fronteras españolas, en concreto, ahora le ha tocado el papelón a Ceuta. Naturalmente, nadie sabe de dónde salen hostales menores y por qué ahora se lanzan a nado sobre el puerto de Ceuta. Naturalmente, el Gobierno de Rabat no tiene nada que ver con esto. Es otra casualidad más que acaece en las dos plazas africanas y en Canarias, así como en buena parte de Andalucía.

Las ONG aseguran que la prioridad consiste en respetar la dignidad y los derechos humanos de los menores marroquíes. No hombre no, lo primero es evitar que Mohamed VI viole las fronteras españolas y obligarle a que salvaguarde la dignidad de los suyos... en Marruecos

Hablamos de invasión civil. En este caso por mar, por el puerto, donde una masa de marroquíes entran a nado, las autoridades españolas no les paran y a los españoles no les queda otro remedio que convivir con los ilegales que, como no puede ser de otra forma, operan según el principio castellano de que “cuando el diablo no tiene nada que hacer con el rabo mata moscas”. Todo ello, por supuesto, respetando los derechos humanos del inmigrante, que, como nadie le integra, se dedica a sobrevivir. El resultado es previsible. 

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En plata: Marruecos vuelve a lanzar contra Ceuta a jóvenes que tratan de entrar a nado: ¿Y si cerramos el puerto? Porque, en cualquier país, la violación de fronteras se paga con un disparo. Y, sobre todo, porque Mohamed VI no está mandando a sus mejores ciudadanos: nos está enviando a los más sinvergüenzas y a los menores que no quiere alimentar, para no malgastar su inmensa fortuna... mientras exhibe un ejército cada vez más poderoso. 

Y España no dice ni mú, ni el PSOE, ni el PP. Núñez Feijóo, prisionero de su propia cobardía, se dedica a exigir al Gobierno Sánchez que ayude a ‘su’ ejecutivo ceutí, el presidido por un apocado y pusilánime Juan José Vivas, a costa de acelerar el traslado de menores -y no menores- a la península para soltarlos en las calles. 

Mohamed VI se ha convertido en el estandarte de la nueva versión de la diplomacia islámica: las invasiones civiles de Occidente o la utilización de la población como arma de guerra

Mientras, las ONG, organizaciones que viven de la subvención pública y a las que, por tanto, les sobra la “N”, aseguran que la prioridad consiste en respetar la dignidad de los menores: ¿y si antes evitamos que Marruecos viole las fronteras españolas y así no tendríamos que ocuparnos de la dignidad de los menores... que ha violado Mohamed VI?  Porque a un menor se le educa en su lengua materna y en el ambiente que ha conocido desde niño, no en un ambiente que le resulta extraño.

El asunto es más grave. El rey de Marruecos se ha convertido en el estandarte de la nueva versión de la expansión islámica: las invasiones civiles de Occidente y, aún más sádico, del uso de la población como arma de guerra. Cada menor, o no tan menor, que nos envía, es una bala que lanza contra España, mientras se aprovecha de la estupidez occidental que habla de islamofobia en lugar de cristianofobia, entre otras cosas, porque Europa ha dejado de creer en Cristo y teme a los musulmanes fanáticos y considera que aceptando a los menores conseguirá parar la invasión... ¡hay que ser idiota! 

Si quieres ayudar a los países pobres ayúdales a dejar de ser pobres, no les hagas pasar por la tragedia de la inmigración ilegal

Mire usted, si quiere ayudar a los países pobres ayúdeles a dejar de ser pobres en su propio territorio, no les haga pasar por la tragedia de la inmigración ilegal.

Y si quieres pararle los pies al miserable de Mohamed VI, lo que tienes que hacer es enseñarle los dientes... porque Mohamed no entiende otro lenguajes y porque estamos ante uno de los peores ciudadanos del mundo actual.

Por de pronto, hay que militarizar Ceuta y Melilla y construir un aeropuerto en Ceuta, así como agrandar el de Melilla, dotando a ambos de capacidad militar plena. Con capacidad militar, aunque de uso civil, así como convertir ambos puertos en centros policiales y militares, aunque de uso civil, así como devolver a las tropas de élite, por ejemplo a la legión, a toda la legión, a las dos plazas africanas. No sería mala idea cerrar la frontera con Marruecos mientras se fortifican ambas plazas y, de paso, advertir a Mohamed VI que no se permitirá ninguna violación de la frontera española ni de la tierra de nadie ubicada ente los dos países en ambas plazas históricas, entre ambas líneas fronterizas, donde Marruecos hace lo que le viene en gana. Por ejemplo.

El inmigrante debe ser acogido con los brazos abiertos pero también hay que exigirle que respete al país de acogida. La inmensa mayoría de inmigrantes marroquíes no sólo no respetan a España... sino que sienten aversión por lo español

¿Y evitar todo esto, que podría llevar a un derramamiento de sangre? Por supuesto, eso es lo más deseable, que no se derrame sangre alguna. Pero para eso, y tras los pasos en dirección opuesta que llevan haciendo los gobiernos españoles y que Pedro Sánchez ha llevado a la cumbre, primero hay que enseñarle los dientes a Mohamed.

Al fondo de la cuestión: el inmigrante debe ser acogido con los brazos abiertos pero también hay que exigirle que respete al país de acogida. La inmensa mayoría de inmigrantes marroquíes no sólo no respetan a España... sino que sienten aversión por todo lo español: fe, idioma, costumbres y respeto a la mujer española.