En Hispanidad ya les hablamos de Enoch Burke, un profesor de instituto en Irlanda, cristiano, que por haberse negado a usar pronombres trans, ha sido varias veces encarcelado. 

La escuela durante tiempo intentó obligarle a que él usara un "pronombre trans" para dirigirse a un  estudiante en proceso de "transición de género". Le pedían dirigirse al alumno con el pronombre "they". Él se negó, alegando entre otras causas sus convicciones cristianas. El colegio entonces suspendió al profesor y le prohibió acudir al centro, aunque sin especificar ninguna causa concreta, que legalmente debe ser considerada grave. Como él insistía en ir a clase, el colegio consiguió que un juez emitiera una orden impidiéndole acudir al instituto. Y como él insistió en presentarse, el juez del condado de Westmeath Michael Quinn emitió una orden de arresto acusándole de desacato.

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Fue suspendido en agosto de 2022 y todo esto ocurrió tiempo después, pero este lunes ha vuelto a ser encarcelado por tercera vez, tras desafiar una orden de la corte que le solicitaba mantenerse alejado de la escuela que lo despidió.

Según cuentan desde Sky News, Burke acusó a la corte de no respetar sus derechos religiosos durante las diligencias del lunes. “Esto es una burla a la justicia”, le dijo al juez Quinn, señalando que sus creencias cristianas sobre el género estaban siendo penalizadas. En total ya son mas de 400 días los que ha pasado Burke en la cárcel, la última vez le dejaron salir en julio, cuando la escuela cerró por las vacaciones de verano. 

Burke ha señalado que su despido no es válido, puesto que hay un recurso pendiente, por eso decidió volver a la escuela en septiembre, sin embargo, el centro asegura que su presencia perturba a los alumnos. 

Este caso es un nuevo ejemplo de que vivimos, en 2024, en la era de la blasfemia contra el Espíritu Santo: asegurar que el mal es el bien y el bien es mal. Es la inversión de valores más grave y más grande de toda la historia.

En Hispanidad siempre ponemos el mismo ejemplo porque es el más evidente: en el siglo XX en el mundo se postulaba la despenalización del aborto. En el siglo XXI, el relativismo se ha trocado en blasfemia contra el Espíritu Santo y ahora hablamos de "derecho al aborto". Es decir, que una madre mate a su propio hijo en su propio seno ya no es el producto de una situación límite, sino que esa barbaridad ha sido elevada al grado sumo de derecho.

En el caso de la ideología Trans ocurre igual, ya no es que tenga derecho a ser Trans y tienes que respetarme por ello, sino que si no entras a jugar con mis reglas, por ejemplo, aceptando que siendo hombre he decidido ser mujer, y tienes que referirte como tal a mi, irás a la cárcel.