Ratzinger habría muerto del modo más 'intelectual’ en el que uno puede dirigirse al Dios que es Amor
Estoy confundido: no sé cómo ha ocurrido pero se ha divulgado por Internet que las últimas palabras del Papa Benedicto XVI ante del tránsito fueron estas: "Jesús, te amo". Tal fue la razón de toda su vida y tal constituye la razón de toda vida que se precie.
Yo sospecho que así fue, que esas fueron sus últimas palabras en vida, porque, cuando el rumor es coherente, no suele tratarse de un bulo sino de una verdad.
Lo del Papa llamado emérito es como lo de Juan Evangelista, cuando les daba la turra a sus discípulos, ya anciano, ya traspasado el umbral del año 100 de nuestra era, con lo de "amaros unos a otros" porque "con eso basta" y el resto sobra.
La delegación española en los funerales de Benedicto XVI ha resultado lamentable. Ni jefe del Estado ni jefe del Gobierno: hemos enviado a una exreina consorte y al 'Bolas'
Ratzinger habría muerto del modo más 'intelectual’ en el que uno puede dirigirse al Dios que es Amor. Sólo le faltó añadir el juanpaulino "Jesús, en Vos confío", con lo que hubiese completado la cosmovisión más certera que puede diseñarse de cualquier persona y del conjunto de la humanidad: somos lo que amamos y conocemos por confianza en el otro. A veces confiamos en quien no debemos y entonces nos sale el actual Rey de España o el actual presidente del Gobierno, ambos ausentes en el funeral por Benedicto XVI... y lo digo a título de mero ejemplo, naturalmente.
En cualquier caso, a San Juan Pablo II el Grande le sustituyó otro titán de la Iglesia contemporánea, dos personajes con un gran cariño por España, el polaco y el alemán. El filósofo Karol porque sabía que España es la 'Tierra de María' y todo el pensamiento juanpaulino es antes mariano que pretino, por eso resulta tan profundo.
La cosmovisión más certera que puede diseñarse de la humanidad es esta: somos lo que amamos y conocemos por confianza en el otro. Mejor que el otro sea Cristo
Benedicto XVI porque sabía que la fidelidad de los españoles (vale, sí: la lealtad de los españoles de antes pero hoy todavía quedan algunos fieles) a la Iglesia es la razón por la que Satanás está tan obsesionado, cada vez más, en esta etapa fin de ciclo, con pervertir a España. Alguna victoria está obteniendo peor al final perderá la guerra, no lo duden.
Quizás por ello, la delegación española en los funerales de Benedicto XVI ha resultado tan lamentable: hemos enviado al Bolas, dicho Ministro de la Presidencia, don Félix Bolaños. Ni el jefe del Estado ni el jefe del Gobierno asistieron a las exequias del gigante. Tampoco le hubiesen entendido.