El jubileo ordinario se celebra cada 25 años. Toca, por tanto, el Jubileo 2025, convocado por el Papa Francisco, con su correspondiente llamada a la reconciliación. Incluso hemos hablado en Hispanidad del jubileo de la deuda de los países pobres. Esto es: una condonación en toda regla. 

Habitualmente confundimos jubileo con indulgencia plenaria. No es de extrañar porque lo uno lleva a la otro. Pero el caso es que no es lo mismo. El primero tiene un sentido de peregrinación. Las indulgencias tienen un sentido de condonación.

Y ya de paso, también solemos confundir la indulgencia plenaria con una especie de perdón sin condiciones, de todos nuestros pecados. Una especie de salvoconducto hacia la gloria, sin mucho esfuerzo. Pues bien, tanto en el jubileo como en la indulgencia plenaria se exigen varias cosas.

Todavía recuerdo aquel día, en una muy histórica capital castellana, con un guía empeñado en decir que antaño, siempre las grandes tonterías sucedieron en el pasado, jamás en el presente, bastaba con ir a no sé qué ermita y pagar no sé cuántos doblones al señor feudal para que te fueras directito al cielo. Una compra en toda regla del paraíso. Le tuve que explicar que las indulgencias, antes y ahora, liberan del Purgatorio, es decir, aceleran la salida de las almas purgantes, pero ya muertas en gracia de Dios. Si mueres en pecado mortal te vas con don Pepe Botero de cabeza, por muchas indulgencias plenarias que hayas recibido a lo largo de tu vida y por muchos lugares de jubileo que hayas visitado, por muchas limosnas que hayas repartido. 

En otras palabras, para ganar la indulgencia plenaria, para ganar el jubileo, y, sobre todo, para ganar la vida eterna, tienes que arrepentirte de tus pecados y confesarte en tiempo y forma. Además, si no te confiesas, tampoco puedes comulgar, otra de las condiciones ‘sine qua non’ para ganar la indulgencia o ganar el jubileo. 

En resumen, que el jubileo consiste, ante todo y sobre todo, en arrepentirte de tus pecados, hincar las rodillas y confesar. 

Y ahora es cuando digo que, por ejemplo en Madrid, el arzobispo-cardenal, don José Cobo, sólo ha señalado un templo, uno sólo, para ganar el jubileo universal 2025: la propia catedral de la Almudena

Ciertamente, puedes visitar la catedral y luego confesarte en otro sitio pero, por comodidad expositiva, pregunto: ¿se confiesa mucho en La Almudena? ¿Cuántos curas y cuántas horas? ¿Están los confesionarios siempre dispuestos o crían telarañas?

A ver señor obispo, ¿cuántos curas confiesan en La Almudena... y en cualquier otro templo, de Madrid, de España, de Europa y del mundo mundial?

Porque el jubileo es eso: confesar, arrepentirte de tus pecados. El resto son complementos.