Uno de los 'hitos' como Ministra de Irene Montero fue la aprobación de su Ley de Aborto. Había poco margen para extender, aún más, el aborto en España, pero entre otras cosas, la nueva norma iba a tratar de garantizar que en los centros públicos se pudiese abortar, dado que en muchos de ellos no se realizan abortos porque no hay médicos de la sanidad pública dispuestos a ejecutarlos. Lógico, no estudiaron para quitar vidas. 

Por otro lado, contábamos hace unos días en Hispanidad cómo durante un debate sobre la próxima Cumbre de la ONU para el Futuro, los defensores del aborto admitieron públicamente su complot para imponer el aborto y los derechos sexuales en el mundo. Así, delegados y periodistas pro-aborto habrían reconocido que han implementado un lenguaje que contiene términos como "salud sexual y reproductiva" para enmascarar e introducir poco a poco el 'derecho al aborto' en todos los países. 

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Estos dos hechos se entienden mejor juntos y es que actúan de la mano. Hace 20 años, el aborto se veía como lo que es, el crimen más atroz contra el ser más indefenso: poco a poco se fue introduciendo en supuestos y siempre si la vida de la madre corría un verdadero riesgo. Pero en cuestión de unos años ya hablamos del aborto como un derecho. Para llegar a este punto, una maquinaria bien engrasada ha estado funcionando, sirviéndose de elementos como el uso del lenguaje, es decir, en lugar de decir aborto, diciendo "salud sexual y reproductiva".

En paralelo, se ha ido construyendo toda una mentalidad en la que abortar es un derecho de las mujeres. Una vez conseguido, pasamos a la siguiente fase en la que la Organización Mundial de la Salud (OMS), dirigida por Tedros Adhanom, uno de nuestros peores ciudadanos, está en plena campaña para promover el aborto hasta el mismísimo parto. Tedros ha solicitado que ningún país se atreva a limitar el ‘derecho al aborto’ basándose en “límites de edad gestacional”. O sea, aborto libre hasta el mismísimo parto… y más allá.

En esta línea también va Europa, el Parlamento Europeo aprobó el "derecho al aborto", es decir, convertir la despenalización del aborto en derecho al aborto. De ahí, se irá a por el siguiente objetivo: instaurar el aborto a vencimiento, hasta el mismísimo momento del parto. En este camino la ONU sigue la senda, y ojo, porque España va de la mano, y si en noviembre las elecciones presidenciales las gana Kamala, Estados Unidos con su Administración al frente estará encantada de ayudar. 

Pero volvamos a España, ya se ha conseguido que el aborto sea derecho, Constitucional, nada más y nada menos. Es tal el derecho, que con el dinero de todos se financian los abortos, porque el aborto tiene que ser gratuito, pero pagado a escote por todos los españoles. Y con todos estos puntos claros llegamos a la noticia: "La Junta de Andalucía da luz verde a sus actuaciones sobre salud sexual y reproductiva". 

Se incluye la información y educación sexual, la anticoncepción, la interrupción voluntaria del embarazo, la información y estudio de infertilidad, la atención al climaterio o la atención a mujeres con endometriosis.

Por otro lado, recoge actuaciones de especial seguimiento en la adolescencia sobre la promoción de conductas saludables en relación con la sexualidad, evitando embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual, así como actuaciones de atención específica a personas transexuales en la infancia y adolescencia. Además, incluye actuaciones del área de atención a la comunidad donde se encuentran la educación y promoción de la salud en centros educativos, siendo una de sus áreas fundamentales de desarrollo la sexualidad y relaciones afectivas, que comprende la promoción de las relaciones sanas, seguras, satisfactorias y en igualdad, eliminando comportamientos sexistas y previniendo embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual.

También hay que destacar la formación de profesionales e investigación, innovación y buenas prácticas que se ofertan a profesionales y se realizan de forma continuada en el sistema sanitario público de Andalucía, con la finalidad de mejorar sus conocimientos y unificar los procedimientos de actuación, encontrándose entre las líneas de actuación acciones para garantizar la atención a la salud sexual y reproductiva.

Y esto es bello e instructivo porque es un perfecto ejemplo de la campaña abortera en la que vivimos. Si lo traducimos, lo que la Junta de Andalucía ha aprobado son los protocolos para la promoción del aborto y la ideología trans, todo regado con mucha educación a los menores y formación a los profesionales sanitarios. Lo resume muy bien Carla Toscano (Vox) en sus redes sociales. 

Y centra bien el tiro Toscano, la Junta de Andalucía está en manos del PP, en concreto de Juan Manuel Moreno Bonilla, que parece encantado de que el aborto pueda extenderse, porque eso es progresista.

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Juanma lleva toda su vida gravitando en torno a la política, desde su más tierna juventud. Juanma es un hombre paciente y un auténtico corcho que siempre flota. Primero fue hombre de Soraya Sáenz de Santamaría, su principal valedora cuando, en 2014, siendo Secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad en Sanidad, le colocó como presidente del PP andaluz. Moreno apoyó a Soraya en las primarias de 2018, pero como es un hombre de partido, tampoco tuvo reparos en convertirse en un ferviente casadista cuando Pablo Casado se alzó victorioso como líder del partido en 2018. No obstante, como Juanma es, ante todo, un hombre que prima la estabilidad, tampoco tuvo problema en abandonar a Casado tras su caída y aplaudir con los brazos abiertos a Feijóo cuando tomó posesion del PP tras el harakiri de Pablo y Teo. Por lo que nada de esto debe extrañarnos.