El aborto es uno de esos ejemplos en los que la mentira ha sido el hilo conductor para su legalización y su paso a ser un derecho. Desde su cimentización con Roe contra Wade, caso que sirvió para la despenalización y que demostró ser mentira. Y otra de las grandes falsedades es que no tiene consecuencias. 

Además del homicidio principal, la muerte del ser más indefenso, todos los tipos de abortos suponen un riesgo para la madre, y es que algo sobre lo que no avisan es que todo lo que es malo para el bebé es malo para la madre. Así, con un aborto quirúrgico, es decir, aspirar al niño, las mujeres se enfrentan a endometriosis, infecciones o perforaciones del útero. Y si hablamos del químico, de la píldora abortiva, estaríamos ante peligrosas infecciones (sepsis) que suponen una emergencia médica que puede ser mortal y grandes pérdidas de sangre que requieren pasar por quirófano para salvar la vida de la mujer. 

Y no son 'sólo' las consecuencias físicas, sino las psicológicas, de las cuales ha contado su testimonio la redactora de política y economía de Espejo Público, Leire Pérez.

La periodista cuenta que se quedó embarazada con 26 años, decidió abortar y, ahora, se arrepiente. Antes era proabortista y convencida de su postura creía que era lo correcto, ahora se ha dado cuenta de su error y que supone un destrozo para cualquier mujer. 

Años después de ese primer aborto provocado, sufrió otro aborto pero involuntario, fue en ese momento cuando fue consciente de lo que había hecho. Leire insiste en la distinción entre las madres que acuden a abortar por motivos económicos y aquellas que van "forzadas" y asegura ser una "víctima de post-aborto". Ha contado sus secuelas tanto psicológicas como físicas, denuncia que a partir de un aborto "se pierden hijos" porque el útero no queda igual. Tacha su caso de una "intervención violenta". 

Además, ha explicado que los abortorios "No son clínicas", porque "las mujeres no están enfermas, no van a que las curen". El aborto "te lo venden como una liberación sexual y un empoderamiento, pero es un engaño".

Leire se pregunta "¿cómo puede ser una decisión libre si para abortar le dicen que el camino es fácil pero si decide seguir, le dicen que se busque la vida?" Añade que "no hay libertad si estas coaccionada".