Todo el movimiento luciferino consiste en situar a Satán en el lugar de Cristo, sea en un belén o en la eucaristía con el objetivo de que sea adorado. El de las patas es así
Informa Aciprensa: una secta demoníaca ha exhibido un nacimiento satánico en el Parlamento de Illinois, en Chicago. Basta con que contemplen ustedes el repugnante niño-bebé demoníaco: no precisarán más explicaciones.
Contemplemos el panorama. El diablo anda suelto y el satanismo disparado en los cinco continentes.
Todo el movimiento luciferino consiste en situar a Satán en el lugar de Cristo, sea en un belén o en la eucaristía con el objetivo de que sea adorado. El de las patas es así.
Ahora bien, esto no es más que otro caso de blasfemia contra el Espíritu Santo. En los siglos XIX y XX el ataque a la Iglesia consistía en repetir que la religión no era más que superstición. Hoy hemos dado un paso hacia adelante: ya decimos que Cristo es verdad y que Satán es verdad, pero ambos andan en paridad de estima, ambos son creadores y el intento de los satánicos no consiste en negar a Dios sino en sustituir a Dios por Satán, ubicándole en el lugar de Cristo. Esto es a lo que nos enfrentamos en el siglo XXI. Y ojo, Dios no pierde batallas pero el hombre sí, en cuanto se aleja de Dios.
Tampoco olvidemos que lo que pretende Satán, que sabe que no es más que otra creación de Dios, es decir, otra creatura libre que, en el ejercicio de su libertad, optó por el mal, no es vencer a Dios -algo imposible- sino esclavizar al hombre. Y eso sí que puede: es el precio de la libertad del hombre.
He leído recientemente en esa preciosa obra titulada El Belén que puso Dios, cómo una niña preguntaba a un teólogo si Dios era capaz de crear una piedra que él mismo no pudiera levantar. Y la respuesta, poco teológica, fue: sí, esa piedra es tu voluntad.
Cuidado con el satanismo. En toda la era moderna los demonios se escondían: hoy han saltado al terrorismo directo: ahora se exhiben en el parlamento de Illinois con un bebé-satán. Por cierto, la imagen resulta tan repugnante como seguramente lo será el original.
Imitar a Dios: Luzbel pretende ser adorado en su particular eucaristía. Y sospecho que el peligro del satanismo no ha hecho más que comenzar.