Los han denunciado los sindicatos CC.OO. y CSIF. En el centro de menores de Melilla, un grupo de ellos ha protagonizado un motín. Una treintena de estos menores agredieron a sus trabajadores para exigirles dinero como regalo por la pascua de final de Ramadán.
Ambos sindicatos han informado de que varios cuidadores y vigilantes resultaron heridos, algunos de los cuales requirieron atención médica en los servicios de urgencias, y fue necesaria la intervención de la Guardia Civil para poner fin al altercado.
Los hechos comenzaron cuando los menores, con motivo del final del Ramadán, recibieron prendas de ropa como regalo, si bien exigieron que les dieran dinero, diez euros por persona, a lo que los trabajadores del centro de acogida se negaron. Tanto CSIF como CC.OO. Hábitat han destacado la agresividad y violencia con la que reaccionaron los menores ante esa negativa y han coincidido en la gravedad y peligro de este nuevo episodio en el centro de menores.
Por su parte, CC.OO. detalla que los menores bloquearon el acceso al centro y lanzaron piedras y objetos contundentes; mientras que los trabajadores de primera acogida quedaron retenidos y los vigilantes tuvieron que evacuar al responsable de Dirección, «quien también fue amenazado de muerte y tuvo que acudir a la Guardia Civil a interponer la correspondiente denuncia».
La intervención del instituto armado logró dispersar a los implicados, aunque persistieron los insultos y amenazas hacia los profesionales, según CC.OO.
CSIF ha lamentado que, a pesar de lo ocurrido, al día siguiente la Consejería de Políticas Sociales y Salud Pública decidió entregar a todos los menores del centro el dinero que reclamaron en el motín, en contra del criterio de la dirección, del equipo técnico, del equipo educativo, de los auxiliares educativos y de todo el equipo en general.
El sindicato considera que «se ha sentado un precedente nefasto en el que los menores de peor comportamiento han conseguido un objetivo a base de violencia y agresiones y los trabajadores han sido ninguneados y desprestigiados», al tiempo que sienten desacreditada su labor y se han visto desamparados por la administración.
Es lo mismo que denunciaba Vox en el caso del estallido islámico en la localidad catalana de Salt. Si al imán que fue desokupado y, cuya desokupación dio lugar a los altercados violentos en la ciudad, se le concede una vivienda social, el mensaje que se lanza a quienes protagonizan estos altercados es muy peligroso.
CC.OO. ha denunciado públicamente que este tipo de incidentes «se viene repitiendo con frecuencia creciente» y, pese a ello, el nuevo pliego de gestión del centro recoge una reducción de vigilantes.
Según CC.OO., ello agrava peligrosamente el problema y ha defendido la necesidad de «actuar con firmeza, establecer límites y dotar al sistema de los recursos necesarios para garantizar la convivencia» cuando se producen actos violentos.
Por su parte, el presidente de Vox Melilla, José Miguel Tasende, ha criticado que la Delegación del Gobierno acepte que Melilla sea receptora de menores migrantes no acompañados, pese, dice, a que estaba previsto que el reparto que pactaron PP y PSOE no incluyera a la ciudad autónoma.
Tasende condena que Melilla vaya a recibir más niños que Cataluña y reconoce que no le sorprende. “Sabemos que, si al PSOE le ponen a elegir entre un sillón y lo mejor para la ciudad y para España, siempre elegirá el sillón”.