Como de costumbre, Mariano salió a caminar por la mota del río, pues una lesión le impedía correr junto a sus compañeros de grupo. Cuando caminaba cerca del cruce de La Arboleja, fue brutalmente agredido por un grupo de seis jóvenes, que lo dejaron tirado junto al río, herido con múltiples lesiones. "Pensé que me mataban".

Su hija, de 24 años, sufre síndrome de Rett, una enfermedad que requiere atención constante. Mariano sabe que su presencia es vital para su familia. "El drama en mi familia habría sido terrible si ellos hubiesen terminado conmigo", lamenta.

Y no terminaron, cuenta este hombre de 58 años, porque algo más intervino para ayudarle. "Tuvo que ser el Señor y nuestra Virgen María los que me ayudaron a levantarme". 

Mariano, tal como contó a la 7tv de Murcia, sigue preguntándose qué lleva a alguien a actuar con tanta violencia. "No sé cómo una persona puede querer hacer ese daño tan salvaje. No es humano", concluye.

Pero, recuerden a Marlaska: Es un bulo identificar "delincuencia, con criminalidad y con inmigración".

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