Y por fin el Domingo de Resurreccion, las tinieblas quedan atrás y oiremos grandes obras.

La Misa Solemne de Beethoven, esa titánica partitura cuyo credo es la mayor afirmación de fe que compositor alguno haya escrito.

Y como final de la Semana Mayor se cierra el ciclo con la impresionante Missa Salburguensis de Biber cuyo “Et Resurrexit tercia die secundum escripturas” cantado por el coro en triple fuga en todas las voces constituye el mayor monumento musical escrito por un compositor occidental.