El problema actual, de las diferencias entre católicos y protestantes no es de fe, es de moral. Y respecto a los ortodoxos: apenas hay diferencias dogmáticas, como ocurre con los luteranos
El lema de la Conferencia Episcopal Española (CEE) para 2025, en la Semana por la unidad de los cristianos, que se inicia hoy sábado 18 y se extiende hasta el sábado 25, dice así: ¿Crees esto? Me parece un error.
El problema actual, de las diferencias entre católicos y protestantes no es de fe, es de moral. Y respecto a los ortodoxos: apenas hay diferencias dogmáticas, como ocurre con los luteranos.
Cabe el acercamiento a los cristianos ortodoxos, porque lo de Miguel Cerulario no fue una herejía sino un cisma. Sin embargo, allí donde hay una pelea entre dos puede haber solución, cuando no hay solución es cuando hay dos doctrinas, como ocurre con los sucesores del ensoberbecido Lutero.
La libre interpretación significa que la degeneración de ideas ha permitido sobrevivir a algunas iglesias protestantes. Ahora bien, la justificación por la fe ha degradado de tal manera la moral en el mundo anglosajón que ahora la unidad es casi imposible.
Porque la gente no se salva por la fe sino por el amor. La fe sólo es el comienzo del peregrinaje. No se trata de preguntarse en qué crees sino de quién eres, y no te salvas por lo que crees sino por lo que amas. Quizás por ello, el lema de los obispos españoles no parece el más adecuado, un tanto pobre.