Estamos ante otro Sólo sí es sí, ante lo que podemos denominar el legado de la mente precala de la exministra Irene Montero. Primero, vamos con la noticia. Se percibe como Candy desde agosto de 2023, hasta ese momento era Cándido. No le hizo falta ni tratamiento médico ni psicológico, ninguna operación ni ningún informe, simplemente asegurar que se sentía mujer. Gracias a Irene y su Ley Trans en apenas unos meses, pasó de hombre a mujer. 

Candy fue condenado en firme a 15 meses de cárcel por quebrantar la orden de alejamiento sobre su ex, además de por un delito de amenazas y hay que recordar que ya pasó 18 meses entre rejas por malos tratos a una pareja anterior. Pues bien, su expareja, con la que tuvo dos hijos en sus 10 años de matrimonio, le denunció por un presunto delito de violencia doméstica, lesiones y maltrato. 

Candy debería ser juzgado en un juez de Violencia sobre la Mujer, y su supuesta víctima debería tener acceso al sistema VioGén de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género, y su caso debería ser planteado como violencia de género, pero no, porque Candy es mujer. Así, la Audiencia de Sevilla ha rechazado todo esto, y todo supuesto delito que cometiera Candy después de su cambio de sexo será juzgado por un trinunal ordinario, al tratarse de delitos entre mujeres, lo que implica, por ejemplo, penas más pequeñas. 

La Justicia no ve fraude de ley en el supuesto maltratador que dice ser mujer, la transgénero Candy responderá a un juez ordinario. El tribunal argumenta que la última denuncia "se refiere a unos hechos ocurridos el día 9 de julio de 2024, cuando ya esta persona era de sexo mujer" tras pasar por el Registro Civil. Ante este pronunciamento no cabe recurso, y a la ex de Candy sólo le queda acudir al Tribunal Constitucional o al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

La decisión de la Audiencia no nos extraña, si considerara a Candy como Cándido, el juez se enfrentaría a ser acusado de discriminación o delito de odio. La Comunidad de Madrid ya alertó sobre el número de agresores que se hacen trans para eludir la Ley de Violencia de Género. Pero la Ministra de Igualdad, soberbia como su predecesora en el cargo, aseguró que "los casos aislados no se pueden elevar a categoría".

Razón no le faltaba al Gobierno de Ayuso, ya se conocen varios casos como este, en los que maltratadores se hacen mujeres para eludir la ley contra violencia de género, pues al sentirse mujer y pegar a otra mujer ya hablamos de violencia intrafamiliar, con penas menores que la violencia de género.

Además de los casos que ya han llegado al lado de la 'víctima', que siendo hombre se declara mujer para acceder a protección y otras medidas que le pueden ser favorables. 

Y ojo, que Irene amenza con volver.

Escuchen al escritor y periodista, Juan Soto Ivars, explicando los 'beneficios' de la ley trans para quienes se acogen a ella.