El palacio de La Moncloa -también conocido como ‘Pedrolandia’- se ha convertido, en los últimos años, en parada indispensable de los más destacados personajes del Nuevo Orden Mundial (NOM). Y ese mérito se lo debemos a Pedro Sánchez, que este viernes recibió al filántropo -"Dios nos libre de los filántropos", como decía Chesterton- Bill Gates, de paso por España para promocionar su último libro, ‘Cómo evitar la próxima pandemia’ (Plaza & Janés).

La conexión de Sánchez con el NOM no es ninguna especulación. El líder socialista se ha convertido en un gregario fiel y cumplidor de los postulados que el NOM está imponiendo en todo el planeta y que el Gobierno está plasmando en leyes como la de eutanasia, abortos o la última, la del ‘solo sí es sí’.

Recuerden que el primer magnate financiero que acudió a La Moncloa a saludar al presidente fue el archi-progre George Soros. Fue en el verano de 2018, en secreto y antes de que ganara las elecciones de noviembre. El hijo de Soros, Alex, fue, cuatro años después, quien llevó de la mano a Sánchez por las calles de EEUU y los despachos de los grandes fondos y bancos de inversión norteamericanos.

Más reciente fue la visita del Ceo de Google, Sundar Pichai, el mayor censor global y uno de los peores ciudadanos del planeta.

Pero el culmen lo protagonizó el martes Borge Brende en Davos, con la pseudo-entrevista al presidente y que tanto pitorreo ha provocado entre los empresarios. Recuerden: Brende es el monaguillo del fundador del Foro, Klaus Schwab, amigo, a su vez, de Soros… mentor internacional de Sánchez.

Y ahora, solo tres días después, Sánchez recibe a Gates, el hombre de las vacunas, que curiosamente se ha convertido en uno de los mayores expertos sobre pandemias.

El NOM pasa por Moncloa y Sánchez le rinde pleitesía. Y si algo tienen en común ambos (NOM y Sánchez) es la cristofobia.