Dice San Agustín, que no yo: "¿Quién es el (pastor) mercenario? El que ve al lobo y huye. El que busca su gloria, no la gloria de Cristo. El que no se atreve a reprobar con libertad de espíritu a los pecadores. El lobo coge una oveja por el cuello, el diablo induce a un fiel a cometer adulterio. ¿Y tú, callas, no repruebas? Tú eres mercenario, has visto venir al lobo y has huido. Quizás él diga: no, estoy aquí, no he huido. No, respondo, has huido porque te has callado y has callado porque has tenido miedo".

No puedo demostrar que Agustín de Hipona estuviera pensando en los obispos españoles cuando hablaba de mercenarios... ¡Noooooooooo! Lo que digo es que, a lo mejor, pudiera ser, vaya usted a saber, más allá de ensoñaciones, San Agustín pudiera haber dicho tales 'grosuras' pensando en los prelados de Hispania... ¡Noooooooooo!

Es igual: lo cierto es que lo que más llama la atención en los monseñores patrios, con alguna loable excepción, es su silencio ante el Sanchismo, el movimiento más profanador en la historia moderna de España. Los obispos deberían estar hablando todo el día, porque se enfrentan al Gobierno más cristófobo de toda la democracia española. De otra forma, se les podrá imputar lo de "has huido, cobarde, porque has callado" cuando deberías hablar, porque has tenido miedo.