Los vecinos que sufren casos de okupación suelen tener una queja común: la violencia. La violencia okupa está disparada, saben que pueden actuar con total impunidad amparados por la Ley. Y una nueva muestra de ello es el testimonio de Álvaro. 

La empresa de desokupa en la que trabaja fue contratado para mediar con un okupa. Al llegar el okupa les recibía con gritos y un arma blanca. Comenzó una pelea que acabó con el escroto de Álvaro completamente rasgado. El agresor fue detenido pero más tarde fue puesto en libertad con cargos. 

Álvaro recibió varios cortes: "El cuchillo iba directamente hacia el pecho, era un cuchillo de altas dimensiones. Al estar detrás de la escalera yo no tengo espacio para maniobrar, pude llevar el cuchillo hasta abajo y se produjo la agresión. Me dieron una cuchillada en los testículos, salí, y un vecino que estaba allí siguió agrediéndome". "Tuve una cirugía de seis horas, de hecho estaban pensando si amputarme los testículos o hacerme una reconstrucción, y el hombre sigue en libertad".

En 'Vamos a Ver' han entrevistado a José, propietario del domicilio y a Álvaro. José lleva soportando a su okupa cuatro años y teme perder su casa por las deudas, además, él sí es vulnerables puesto que a causa de sus problemas de salud le tuvieron que amputar sus dos piernas: "Estas personas me han creado una deuda y prácticamente lo poco que tengo es para sobrevivir y poder alimentarme, ahora mismo he tenido que cerrar la frutería por todos los problemas que me están dando estas personas".

"Ha vuelto a la vivienda y se ha atrincherado dentro, y ha dicho a las personas que de ahí no lo va a sacar nadie, es muy conflictivo, yo no se cómo se atreve a acuchillar a una persona y volverse a meter en la vivienda como si ni hubiera pasado nada".

El okupa trabaja, de cocinero en un complejo turístico, pese a ello no paga los 400 euros de alquiler desde hace tres años: "Lleva tres años pidiendo ayudas sociales con el nombre de mi padre fallecido, que es el nombre al que está el contrato. Les dije que les daba cuatro meses, tanto al inquilino de abajo como a él. Quedaron como que me iban a hacer caso y pasados los cuatro meses siguieron provechándose de la situación".