En Hispanidad les hemos contado casos que demuestran que la okupación es un negocio, más allá del lucro personal de vivir sin coste de vivienda: casos como el del okupa rentista, que okupó un piso y alquiló otros 26 que estaban libres en la comunidad, o el de la 'beyoncé de la okupación' que había 'comprado' su casa a un marroquí que le dio la llave y el de la okupa que pedía 5.000 euros, son fiel reflejo del negocio de la okupación. Como el de quien alquilaba el piso okupado por habitaciones para la Feria de Sevilla. 

Como ven la caradura siempre va por delante, y la permisiva regulación española los hace actuar con total impunidad. Muestra de ello es la protesta de la Plataforma de Afectados por la Ocupación, que estalló contra el Gobierno porque aseguran que la 'Golden Visa' del okupa es la vulnerabilidad, excusa que usan para paralizar sine die los desalojos.

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Y hoy conocemos un nuevo caso que llega desde la ciudad gallega de Santiago, según La Voz de Galicia, Agentes de la Policía Nacional acudieron a desalojar, previa orden judicial, una vivienda que llevaba casi un año okupada. 

El proceso fue sencillo, puesto que los okupas no se encontraban en el interior, lo que permitió al propietario tapiar la puerta principal y derribar una cubierta que había construido el okupa. 

Pero pocas horas después, a medio día, los okupas volvieron a la vivienda y fueron ellos los que echaron abajo los ladrillos que bloqueaban la puerta, entrando y okupando de nuevo la casa. 

El dueño se percató a tiempo y pudo llamar a los agentes, que regresaron para acabar con la discusión entre propietario y okupas. Finalmente, el okupa recogió sus cosas y se marchó. Así, el dueño pudo volver a levantar el muro.