¿Recuerdan a los okupas rentistas de Vallecas? Hablamos de una urbanización con 126 viviendas. Antes de estar todas vendidas, la constructora quebró y 28 pisos quedaron vacíos y bajo la propiedad de la Sareb. Los vecinos pensaban que una empresa estaba alquilando los inmuebles de manera legal, pero la realidad era muy distinta. 

"Nos damos cuenta que buena parte de nuestros vecinos son okupas porque aquí llega un señor con un cerrajero intentando entrar en una casa que no es suya y llevarse un Porsche de alguien que está aparcado en una plaza de garaje", explicaba Mari Ángeles, una de las vecinas. Esta persona vive en la urbanización, evidentemente como okupa, y se dedica a alquilar el resto de pisos de manera ilegal.

Los vecinos denunciaron por múltiples conflictos, violencia, insultos: "Desde hace 3 o 4 años. Son conflictivos. A las tres de la mañana, a las cuatro de la mañana ha habido robos. Hemos tenido que montar cámaras de seguridad en el garaje, en la entrada, en los pasillos y a ver quién son. Y esto nos supone un sobrecoste a los propietarios que ellos no pagan, claro".

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Los propietarios del resto de propiedades habían conseguido que se ordenara alzamiento y abandono de estas casas, previsto para ayer, pero más okupas han acudido para evitarlo, y lo han conseguido. 

"Cuando hemos bajado ya habían entrado bastantes en varias casas, se han juntado en una de ellas para hacerse más fuertes o se iban trasladando de un portal a otro", cuenta una de las vecinas

"Lo que ocurre es que han suspendido el alzamiento. No solamente lo han suspendido, sino que lo han paralizado definitivamente. Sareb nos está engañando, no está diciendo que es una suspensión temporal y sabemos a ciencia cierta de que es una paralización. Van a llegar a acuerdos extrajudiciales con ellos, con lo cual todo lo que se ha hecho a través del juzgado ha sido una pérdida de tiempo". Y es que sólo uno de los okupas ha devuelto las llaves de manera voluntaria, lo que han aprovechado los vecinos para poner una puerta antiokupas. 

"Ahora te miran, te sonríen y luego por detrás te las arman. Vinieron hace poco a las doce de la noche haciendo una mudanza y al día siguiente mi vecina ya tenía la cerradura con pegamento. Nos están haciendo la vida imposible".