La ONU exige a las religiones que aprueben la homosexualidad: ¡por el artículo 33!
Lo cuenta Friday Fax y ya lo hemos dicho en Hispanidad hasta demasiadas veces: el lobby gay sólo tiene ahora una obsesión: que la Iglesia católica cambie su doctrina y aplauda la homosexualidad.
La verdad es que siempre me sorprende esta obsesión por cambiar doctrina de la Iglesia en aquellos que no creen ni en Jesucristo ni en la Iglesia, gente a la que le hablas del Cuerpo Místico de Cristo y se te ríen en la cara. Si piensan que la Iglesia de Roma es una coña, ¿por qué ese empeño en que el catecismo de la coña apruebe la sodomía? ¿No debiera de resultarles indiferente? Pues no, toda la obsesión actual del cada día más poderoso lobby gay consiste en domeñar a la Iglesia, en hacerle decir al Papa que la homosexualidad es de lo más aplaudible. Y no olvidemos la doctrina de la Iglesia (puntos 2357, 2358 y 2359 del Catecismo), lo que la Iglesia dice está muy claro: trate con delicadeza, sin discriminación alguna, al gay, pero la homosexualidad, como dice el Catecismo de 1992, continuará siendo una depravación antinatural que no puede ser admitida en ningún caso. La doctrina de siempre: no al pecado, sí al pecador.
Y esa doctrina no se puede cambiar porque es ley natural, ergo divino-natural… así lo digan todos los obispos alemanes -teólogos de la bragueta- puestos en fila.
La ONU exige a las religiones que aprueben la homosexualidad. Este es el problema del globalismo: con un Gobierno global jugamos siempre a órdago y los buenos jugadores de mus saben que esa es la mejor manera de perderlo todo. Por eso resulta tan urgente que el Papa Francisco hable sobre esto y que hable claro. O que lo haga mediante la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, ahora en manos de su nuevo prefecto, el argentino Víctor Manuel 'Tucho' Fernández, en él radica mi esperanza. Bueno radica en el Espíritu Santo al que se ha encomendado ‘Tucho’.
Ahora bien, que Naciones Unidas pretenda imponer a todas las religiones que aplaudan la sodomía… pues hombre no indica nada bueno de Naciones Unidas… mismamente.