Comenzamos esta crónica semanal sobre cristianos perseguidos en Pakistán, donde una familia cristiana fue brutalmente agredida por un grupo de islamistas fanáticos por culpa de una falsa acusación de blasfemia. 

Según declaró a Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) Naeem Yousaf Gill, director ejecutivo de la Comisión Nacional (católica) de Justicia y Paz, estos ataques están seguramente causados por razones comerciales y rivalidades personales, por lo que «las razones definitivas quedarán claras tras la investigación».

Como consecuencia de esa falsa acusación, Nazir Gill Masih, propietario de una fábrica de zapatos en Punjab, fue brutalmente agredido. Diferentes fuentes han señalado a ACN que Nazir se encuentra en la UCI en estado crítico. «También otro hombre que intentó salvar a Nazir fue golpeado por la turba», afirmó Naeem Yousaf Gill en su conversación con ACN.

Posteriormente, y en relación con estos hechos, la policía pakistaní ha acusado y detenido a 44 personas

Un caso que podría calificarse como similar ocurrió en Laos, cuando ocho familias cristianas fueron expulsadas de su pueblo a causa de su fe en Cristo. 

En total son unas 30 personas a las que un cacique local -de religión animista- “amenazó con prohibir la entrada al pueblo a menos que renunciaran a su fe», explica Som, colaborador local de Puertas Abiertas en esta parte de Laos. «Dijo: 'No podéis vivir más en este pueblo a menos que todos os retractéis de vuestra fe en Cristo. Ahora tenemos creencias diferentes y no podemos vivir juntos'». 

Sin embargo, a pesar de esta actitud por parte del cacique local, los creyentes se negaron a renunciar a su fe en Cristo. Entonces, llevado el caso ante las autoridades locales, y tras consensuarlo con el pueblo, “los aldeanos permitieron que los creyentes vivieran en el pueblo, pero no en la zona comunitaria», explica Som. «Se obligó a los cristianos a trasladar sus hogares fuera de los límites del pueblo». 

Aún así, los creyentes de este poblado están agradecidos a pesar de haber sido expulsados de las fronteras del mismo

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(El padre Basil Gbuzuo)

Nuestro siguiente destino es Nigeria, donde el sacerdote secuestrado Basil Gbuzuo fue liberado esta semana, según anunció la Arquidiócesis de Onitsha.

El padre Gbuzuo “fue abandonado por sus secuestradores el 23 de mayo, hacia la medianoche, en un lugar cercano a Ufuma”. “Con el corazón lleno de alegría y gratitud a Dios, anunciamos la liberación del P. Basil Gbuzuo”, expresó la Arquidiócesis. Mientras que el sacerdote Gbuzuo “está lleno de gratitud y aprecio por la oración solidaria” de los fieles.

Por su parte, el secretario de prensa del estado de Anambra, Christian Aburime, aseguró  que “todo el peso de la ley caerá sobre todas aquellas personas que directa o indirectamente se dediquen a orquestar actividades delictivas”; por lo que las llamó a “aprovechar las vías que ofrece el Estado para formarse, rehabilitarse y reintegrarse en la sociedad”.