Cuando se cumplen tres años de la erupción del volcán Cumbre Vieja, en La Palma, los afectados siguen viviendo en contenedores, sin solución a la vista. 

Con 7.000 personas evacuadas y más de 1.300 viviendas destruidas, la magnitud de la catástrofe dejó a miles de palmeros sin hogar, sin medios de subsistencia y sin un plan claro para retomar sus vidas.

Hasta allí se trasladó el presidente Sánchez hasta en nueve ocasiones, para trasladar el apoyo y solidaridad de su Gobierno.

Mientras más de mil familias sobrevivían gracias a Cáritas y… tras no recibir las ayudas prometidas por el Gobierno de España.

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Ahora, tres años después de que todo empezara, las viviendas temporales, que inicialmente debían ser una solución provisional, se han convertido en una especie de «hogar» permanente para cientos de familias, generando una creciente insatisfacción entre los damnificados.