A esto estamos llegando gracias a leyes como la del Sólo sí es sí, de la exministra de Igualdad, Irene Montero. Un ejemplo de que la realidad supera la ficción. Vean el caso de un hombre que había firmado un contrato con su pareja, para cubrirse las espaldas porque temía que esta reaccionara como al final lo hizo, y, finalmente, a pesar de todas sus precauciones, se ve denunciado por la mujer.

Y aquí el testimonio del denunciado quien, al parecer, no leyó la letra pequeña del contrato.