Una reciente encuesta realizada por ‘The Harris Poll’ (firma de consultoría e investigación de mercado global) en nombre de la revista ‘Time’, ha revelado que más de un tercio de los estadounidenses, más de 100 millones de personas, han soñado al menos una vez en la vida con el cambio climático. Una de esas personas es Martha Crawford, psicoterapeuta con 30 años de práctica. "Soñé que era un oso polar, nadando en el agua gélida al atardecer. Estaba exhausto y tratando de encontrar un témpano de hielo para descansar, pero ninguno era lo suficientemente grande para sostenerme. Nadé y nadé mientras oscurecía, mis piernas se volvían más pesadas y mi respiración más difícil. Me desperté mientras me deslizaba bajo las olas, ahogándome". Es uno de los sueños climáticos recogidos en su web. ¿No es para morirse de miedo?

Personas cavando hoyos en la playa para frenar la subida del nivel del mar, familias atrapadas en medio de tormentas gigantescas, tusnamis, ciudades arrasadas por un calor insoportable, gente desenterrando los trillones de aguas embotelladas desechadas medio vacías para beber… Son algunas de las pesadillas climáticas, muchas de ellas recurrentes, recogidas en la web.

En uno de sus sueños, Crawford leía un libro sobre el calentamiento global y luego lo arrojaba detrás de su sofá, pretendiendo que la emergencia climática no existía. No, Marta, no basta con mirar para otro lado. El cambio climático nos acecha. Ya lo ha advertido Antonio Guterres, más que acecharnos nos va a estallar encima. Y no podremos evitarlo. ¡Vamos a morir... derretidos!

"Nuestros sueños a menudo nos muestran que estamos inmersos en una relación continua con nuestro hábitat. Ahora, muchos de estos sueños pueden fortalecer a las personas y ayudarlas a encontrar esperanza", agrega la psicoterapeuta. Marta, permítenos que lo dudemos: con imágenes tal apocalípticas como las de tus pesadillas, es difícil tener esperanza. 

Crawford no está sola alertando al mundo de lo que se nos viene encima. Le acompañan, por ejemplo, estudios como el de investigadores daneses y alemanes y publicado en la revista ‘One Erath’.

Las conclusiones del estudio son contundentes: "Las temperaturas más cálidas reducen el sueño a nivel mundial, lo que aumenta el riesgo de sueño insuficiente"; "los ancianos, las mujeres y los residentes de países de bajos ingresos son los más afectados" -esto último ya lo advirtió nuestra Yolandísima- "quienes viven en climas más cálidos pierden más horas de sueño por cada grado de aumento de la temperatura"; y "se prevé que el cambio climático erosione el sueño de manera desigual, ampliando las desigualdades globales".

Ahora, los científicos han empezado a estudiar las reacciones que la emergencia climática provoca durante las horas de sueño. Son muchas las personas que tienen sueños relacionados con el cambio climático. Con tan apocalíptico panorama y con nuestro sueño amenazado por las pesadillas climáticas, ¿qué se apuestan a que la OMS, o los científicos o la psicoterapeuta Marta Crawford nos sugieren que dejemos, simplemente, de dormir y nos mantengamos siempre despiertos?