¿Recuerdan aquel vídeo de un profesor compartía los mails que le enviaban padres de sus alumnos? Eran del tipo: "Le agradecería que no use bolígrafos rojos para corregir sus exámenes, el rojo es un color muy agresivo y le genera ansiedad. ¿Podría corregir en rosa pastel, azul o verde agua?".
En Hispanidad titulamos el artículo: Padres blanditos, hijos caprichosos.
Pues bien, Pili 'la sensible' avanza por esa senda, hacia los alumnos modelo del Gobierno Sánchez: vagos, ignorantes... pero muy sensibles. Y así, dentro de la gran reforma del profesorado que diseña su ministerio, el de Educación, entre las nuevas 'funciones' que deberán asumir los docentes priman el «bienestar», la «autoestima» o la «convivencia y los valores democráticos». Por ejemplo, el Gobierno fija como función de los maestros que «promuevan la diversidad funcional, sociocultural, lingüística, económica, de género, sexual o religiosa, entre otras».
Y, ojo, porque se insiste en que, más allá de lo académico, los docentes deberán contribuir «al fomento de la salud, la gestión emocional y el autocuidado, tanto del alumnado como de los docentes». Una serie de competencias que se parecen más a las que en los centros educativos deberían ejercer otros grupos profesionales como los pedagogos o los psicólogos .
En cuanto a los criterios de evaluación, el profesorado tendrá que tener en cuenta las «características del alumnado» y atender a cuestiones como «la autoeficacia, la autoestima, la autonomía y las relaciones personales». Ya lo dijo la activista y artista Samanta Hudson: Menos matemáticas y más educación en gestión de emociones...
Todo ello, sin olvidar el uso del lenguaje -al estilo progre, claro-: si antes se empleaba el término «igualdad entre sexos», ahora se habla de «igualdad de género»; lo que antes se denominaba «educación medioambiental» ahora se llama «centro escolar sostenible» o desaparece lo «socioafectivo» sustituido por otros términos como «bienestar del alumnado y del docente» o «acción socioeducativa».
Recoge ABC que, desde el sindicato Csif, su el presidente nacional de Educación, Mario Gutiérrez, presidente nacional de Educación opina que el borrador es «puro humo»: «Ninguna de las funciones que marca el documento servirá para que la calidad de la enseñanza mejore en España». Y, recordemos, que hay mucho que mejorar.