Walt Disney hace tiempo que dejó de lanzar propuestas inocentes de contenido dirigido a los niños
Por mis hijos es un buen lema a impulsar para defender el derecho de los padres a educar a sus hijos conforme a sus convicciones ante los ataques del Nuevo Orden Mundial (NOM) y su último meneo ideológico progre (el movimiento woke). Se basa en la campaña #ConMisHijosNoTeMetas ante la obsesión del lobby LGTBI por adoctrinar niños vía Netflix, Disney, Warner Bros Discovery, etc., y que a su vez tomó el nombre de la que surgió hace unos años en Perú, como oposición a la introducción de la ideología de género en el currículo escolar. En este contexto, la progre The Walt Disney Company afronta más problemas, porque más de 128.300 personas (por ahora, y creciendo) piden a Mattel, Marriott, Walmart, Airbnb y UPS que dejen de ser sus anunciantes.
Así se recoge en la campaña de recogida de firmas lanzada por CitizenGO para “instar a Disney a reenfocar sus valores” y que sea “una fábrica de sueños para los niños, no una plataforma para agendas políticas o sociales”. La campaña se dirige a los CEOs de Mattel, Marriott, Walmart, Airbnb y UPS (con copia al CEO de Disney, Bob Iger) con la esperanza de iluminarlos sobre el cambio ideológico y pedirles “que reevalúen su asociación con Disney”. “Al pedir cuentas a los anunciantes de Disney, esperamos recordarles que el éxito de una empresa no sólo se basa en los beneficios, sino también en el respeto de los valores de sus consumidores”, señala CitizenGO.
En paralelo, la campaña recoge firmas para mostrar su oposición a las primeras noches del Orgullo que se celebrarán en los parques temáticos de Disneyland de California (EEUU) los días 13 y 15 de junio (y a un precio nada barato, pues las entradas para mayores de tres años cuestan 139 dólares, o sea, unos 129 euros) y de París (Francia) el día 17. La petición de CitizenGO busca “instar a Disney a reenfocar sus valores” y “garantizar que se mantiene fiel a sus raíces: historias que encantan a niños y adultos por igual, libres de temas sexuales o políticos explícitos”.
Recuerden que la factoría de Mickey Mouse hace tiempo que ya no es lo que era y sus contenidos no son tan inocentes, sino que se están usando para reflejar su elevado progresismo y los postulados del NOM -ideología de género y ateísmo-, convirtiéndose en un medio de adoctrinamiento de niños (o “corrupción de menores”, como refiere Santiago Abascal, líder de Vox). Esto último, como saben, es el origen de su conflicto con el gobernador del estado de Florida y también candidato a la presidencia de EEUU, el republicano Ron DeSantis, que ha llegado a los tribunales y ha supuesto, entre otros aspectos, el fin de ciertos privilegios y la cancelación de un nuevo complejo de oficinas.
El rechazo a dicho adoctrinamiento es creciente y ya está perjudicando a los números de Disney: su cotización, las pérdidas en streaming, malos estrenos de películas (por tanta agenda LGTBI, por ejemplo, en Mundo extraño y Lightyear, o la necedad en la nueva versión de La Sirenita), las pérdidas de suscriptores. Claro que a los problemas en números se suma la falta de ideas, y entre las medidas que han llevado a cabo destacan 7.000 despidos y eliminación de contenidos.
Silvina Spataro, manager de CitizenGO en Hispanoamérica, ha señalado a ACI Prensa que consideran “muy importante que Disney escuche a los padres para que respeten el derecho que tenemos a educar a nuestros hijos de acuerdo a nuestros valores”. “Desde hace tiempo Disney está corrompiendo la inocencia de los niños mediante el adoctrinamiento en sus series infantiles y películas. La puesta en escena de una ‘noche del orgullo gay’ en sus parques, ya es el colmo. ¡No lo podemos permitir!”, ha añadido.