Se llama José Luis Simón y es el párroco de la iglesia madrileña de San Leopoldo. No es una parroquia céntrica, se lo aseguro, sino que está ubicada en un barrio no muy alejado de la Puerta del Sol, hoy tomado por emigrantes. Aquí no hay ricos, se lo aseguro, pero sí un cura de los que confía en Dios y, además, culto. Para sus feligreses, ha desarrollado un folleto sobre la fiesta de Todos los Santos, que viene seguida de la de por Todos los Difuntos. Lectura breve pero que debería resultar obligatoria. No se lo pierdan (ver documento adjunto). 

Explica que hay que re-cristianizar esas fiestas. He dicho ‘re’, pues Halloween es una fiesta cristiana que ha sido corrompida por la mamarrachada gringa del truco o trato, que, encima, tiene un origen druídico y siniestro, perversión demoníaca de una conmemoración cristiana.

Pero la doble fiesta es de origen enteramente cristiano. El día de Todos los Santos, la Iglesia nos recuerda que tenemos la obligación de ser perfectos como Nuestro Padre Celestial es perfecto. ¿Engreimiento? No, mera confianza en la Misericordia de Dios, que es el sentido mismo de nuestra existencia, porque la Misericordia de Dios puede hacernos... perfectos.

Lo mejor: el folleto de Simón no se queda en el diagnóstico y ofrece la terapia: ¿cómo hay que vivir esta espléndida y más que alegre fiesta cristiana? Pues cristianizándola. No se lo pierdan.

En resumen, se trata de eso: de no quejarse y de re-cristianizar Halloween. ‘Re’, porque resulta que ya era fiesta cristiana. Hemos dejado que se viaje desde el satanismo druídico a la mamarrachada gringa. ¿Quiere acabar con esta horterada de Halloween? Fácil: viva la festividad de Todos los Santos. Los cristianos somos los que confiamos en nuestro Padre Dios y los que creemos en la vida eterna. Con eso basta. Para concreciones, lean al padre Simón (ver documento adjunto).